Castillo, puertas, murallas, iglesias, palacios y casas nobles... Es la larga lista que la Oficina de Turismo de Cuéllar ofrece al visitante de lo que puede ver en esta bonita villa castellana ubicada en pleno corazón de la provincia de Segovia. El castillo corona un núcleo formado por recoletas calles empedradas en las que no es difícil perderse al contemplar absorto el sinfín de detalles de sus nobles edificios, entre los que resalta el arte mudéjar (desarrollado por los musulmanes en territorio cristiano), del que Cuéllar es uno de los focos más importantes de la cuenca del Duero junto a las también castellanoleonesas Sahagún y Arévalo.
Hasta llegar al castillo hay una larga caminata desde la parte baja de una villa en la que el santo y seña de la gastronomía no pueden ser otros que el afamado vino de la Ribera del Duero (con permiso de otras denominaciones de la zona no menos interesantes) y el cochinillo asado, además del cocido de garbanzos, al que los restaurantes dedican un día de la semana para servirlo en sus menús.
Son muchos los atractivos para escaparse a Cuéllar -famosa también por los encierros de finales de agosto, durante las fiestas patronales- en cualquier época del año, pero en este 2018 la Fundación de las Edades del Hombre ha querido que la villa sea, además, sede de su exposición anual de temática religiosa, que ha abierto sus puertas hace un mes escaso y se podrá visitar hasta bien entrado el otoño (noviembre). "Reconciliare" es el nombre en latín de la ambiciosa muestra artística (pintura, escultura, orfebrería) que se nutre del ingente patrimonio de Castilla y León. Son tres sedes: la iglesia de San Andrés, extramuros, del siglo XII; San Martín, junto al castillo y sede del centro del arte mudéjar; y la de San Esteban. La entrada, 4 euros y cierra los lunes.
