Cuentan que Jane Austen, enfrascada felizmente en los últimos años de su vida en su única y gran pasión, la escritura, estaba que trinaba porque en la casona de Chawton (Hampshire, Inglaterra) apenas gozaba de la intimidad que necesitaba para dedicarse en cuerpo y alma a contar historias. Tanto es así que la autora de novelas tan populares como "Emma" u "Orgullo y prejuicio" pidió que no arreglaran las bisagras de una puerta que cada vez que se abría o cerraba chirriaban de forma insoportable. Era la forma que tenía de saber que algún admirador o visitante atrevido osaba a entrar en la casa, siempre abierta de par en par. En un santiamén, Austen guardaba los manuscritos en el cajón para evitar verse obligada a dar detalles al indiscreto visitante.
En el condado de Hampshire, en la costa sur de la isla británica, su último hogar ha sido transformado en museo muy popular y en el que no falta detalle. En este 2017 la visita tiene especial interés, pues con motivo de los 200 años de su muerte se organizan actividades continuamente (conferencias, conciertos, talleres). Entre ellos resalta la muestra "Jane Austen in 41 objects". Cuarenta y uno eran los años que la escritora tenía cuando le llegó una muerte demasiado prematura. A través de piezas relacionadas con ella (un chal, su mesa de escribir, camafeos, una cruz...) se relata su vida y su legado. La exposición está abierta hasta el 15 de diciembre: cierra un día antes de su cumpleaños. Si por algo es famosa la casona de Chawton es por sus bellos jardines, que el próximo fin de semana se abrirán de forma gratuita al público, mientras que a finales de mes se exhibirán zonas habitualmente cerradas.
Para conocer el bucólico Chawton (no llega a 500 habitantes y es un típico pueblo de la campiña inglesa) hay que apuntar en el calendario el 7 de julio: se organiza una visita guiada y especialistas en su obra participarán en la misma.
