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La alegría de la huerta

Tiempo de fréjoles

La planta produce abundantes alubias hasta otoño

Tiempo de fréjoles

Hay todo un verano por delante para comer fréjoles (judías verdes) en sus distintas variedades y, si sobran de la cosecha, congelarlos para el invierno (previamente lavados, con las puntas cortadas y troceados). La alubia está en plena temporada y en Asturias es una de las reinas de la huerta, pues cada planta produce abundantes vainas desde finales de primavera hasta principios del otoño. De ir todo en orden, cada semana se puede obtener una más que considerable cosecha. Sólo hay que tener un cuidado: el pulgón o mosca negra, una plaga muy habitual y fácilmente identificable (manchas negras que en realidad son pequeños bichitos pegados a tallos y hojas) y que se puede combatir con cualquier espray orgánico.

Entre los asturianos el más habitual a la mesa es el fréjol verde o amarillo, grande y de vaina plana. Su planta es trepadora y necesita una sujeción de más de metro y medio. Pero otra variedad que se da realmente bien en las huertas del Principado es el fréjol pequeño o cilíndrico: su planta ocupa poco espacio, no es trepadora, tiene el tamaño de una lechuga y su producción es también considerable.

¿Y a la mesa? A estas alturas es difícil sorprender en Asturias con recetas de fréjoles, más sabrosos si se cocinan al vapor que hervidos en agua. Una vez ablandados, las posibilidades son muchas y cada cual puede echar la imaginación y el gusto a volar. Lo clásico, en ensalada con buen aceite y sal; como plato único, con tomate natural rallado, ajo y algún trocito de jamón. En invierno los hay que los usan en sopas.

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