Baby driver es, sin duda, una de las películas del verano. Y no tanto por su argumento como por sus hechuras rompedoras y adrenalíticas.

¿De qué va? Baby, encarnado por Ansel Elgort, es un joven conductor lleno de talento tras el volante. Está especializado en fugas y tiene una dependencia musical evidente: depende de los ritmos de su banda sonora personal para seguir siendo el mejor en semejante profesión llena de riesgos.

Baby conoce a una muchacha que parece diseñada para cumplir con todas sus expectativas en lo que a amores se refiere, interpretada por Lily James.

Baby tiene ante sí la oportunidad de darle la espalda a su vida al margen de la ley y llevar a cabo una huida de esas que llaman limpia. Sin embargo, después de ser obligado a currar para un jefe de una banda criminal (el ubicuo Kevin Spacey), tendrá que dar la cara cuando un golpe fallido pone en peligro su vida, su amor y su independencia.

Edgar Wright, director de Zombies Party, Arma fatal o Bienvenidos al fin del mundo, vuelve, sin su inseparable Simon Pegg, con una película cargada de acción perteneciente al muy frecuentado subgénero de atracos. Claro que su visión no es precisamente convencional y la música adquiere una importancia decisiva en el desarrollo de la historia y en la motivación de su personaje central. Entre los secundarios, Jamie Foxx, Jon Hamm y Jon Bernthal. El director ha tenido muy presente varias películas a la hora de afrontar la historia, entre ellas clásicos como "Bullitt", "The French Connection", "Vanishing Point", "The Italian Job", "La huida", "Driver" y "Granujas a todo ritmo". El protagonista ha trabajado en la saga "Divergente" y en el melodrama "Bajo la misma estrella".