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El vino del sumiller

Un ribeira sacra de "viñador"

Azos da Vila 2015 | 20 euros

Últimamente, la palabra "viñador" está en boga en el mundo vitivinícola. Laura Lorenzo constituye una excelente representacion de ese concepto. El flechazo por el terruño de Val do Bibei le llegó trabajando para una importante bodega de la zona. Tras casi una década ligada a ese paisaje, decidió fundar su propia bodega en 2014. Como no podía ser de otra forma, la llamó Daterra Viticultores, en honor a todos los hombres y mujeres que han mantenido el cultivo tradicional de la vid durante generaciones.

Vila de Manzaneda esta en el límite suroriental de la bella Ribeira Sacra, con pronunciadas pendientes y organizadas terrazas. En el clima predomina la influencia atlántica. Sin embargo, en determinadas cosechas, como la del 2015, el clima desdibuja ciertos matices más mediterráneos en los vinos. Los suelos son de tipo ácido, y en función de su origen geográfico, se agrupan en tres bloques diferentes. Seoane son los suelos arenosos de granito y pizarras, y con orientación este. Soutipedre, con más arcillas, pizarras y esquistos, norte y noroeste. L angullo:, con gneises y esquistos con exposición al sol de la tarde.

La edad de plantación de las viñas de Azos da Vila oscila entre los 80 y 120 años. Se cultivan siguiendo los principios de la viticultura agroregenerativa, y los rendimientos son muy bajos. Las variedades están mezcladas entre sí dentro de cada parcela. Las principales uvas tintas son: mencía, mouratón, gran negro, garnacha tintorera y merenzao. En 2015 se hicieron sólo 2.689 botellas de este Azos da Vila 2015 que nos ocupa en esta ocasión.

En cata, presenta un color púrpura que invoca fuerza de vida. En fase aromática hay recuerdos a manzanas maduras otoñales, un sutil aroma a laurel y frutos rojos de zarza con un fondo ligeramente terroso. En la boca resulta carnoso, con ligera rugosidad, y muy fresco. Se trata de un vino atlántico que incita al sabroso placer de apurar la botella, copa a copa hasta el final, y entonces compartir una segunda botella.

Es un vino también capaz de conquistar a los bebedores menos avezados, creando un clima cautivador y cósmico. No se usó ningún aditivo enológico en su elaboración. El concepto tantas veces repetido de de vino natural alcanza su máxima expresión con este Azos da Vila 2015, y todo lo que lleve la firma de personas como Laura Lorenzo.

En esta época del año, recomiendo ser un poco más flexibles con la temperatura de servicio del vino, y llevarla dos o tres grados centígrados por debajo de la habitual para un tinto con crianza. Así prolongaremos su disfrute.

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