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Estilo étnico en la playa

Borlas, flecos, colgantes, bikinis de croché y cestos portugueses dominan la coquetería estival

El estilo étnico salta de las calles a las playas y arrasa entre todas esas personas que no quieren renunciar a la coquetería en los días de vacaciones. Aunque a priori la tendencia no parezca demasiado cómoda para los largos días de sol y mar, todo es cuestión de encontrar las prendas más apropiadas.

Los trajes de baño y bikinis vienen cargados de originalidad y colorido. Los diseños bohemios resultan ideales para lograr un perfecto look boho chic repleto de coloridos estampados psicodélicos, detalles de borlas y flecos hippies.

La ropa de Guts&Love es un buen ejemplo de propuestas estilosas, entre las que destaca el triquini de ganchillo de colores adornado con borlas en diferentes tonos que aparece en la imagen superior.

No todo es tan llamativo. Un simple bikini negro con pespuntes en color blanco puede resultar étnico al añadir el detalle del croché. Tratamiento aparte merecen los complementos, entre los que no faltan los pareos, carteras de mano, collares y pulseras.

La clave para triunfar con el look étnico estriba en ponerse encima un montón de cosas, siempre guardando cierta armonía en el colorido, lo contrario será un galimatías sin sentido.

Y, por supuesto, en todo estilo étnico que se precie este año no puede faltar un cesto portugués. Entre los que más nos gustan se encuentran los de Toino Abel, la firma de Nuno Enriques, que trata de preservar el trabajo artesanal de la cestería. De momento ha conseguido que celebridades como Olivia Palermo se hayan rendido a los encantos de unos capazos que también se llevan por la noche con sandalias de fiesta. Los cestos se elaboran a mano, desde que se corta la caña hasta que se teje. Todos los artesanos que producen estos bolsos han trabajado para la compañía durante muchas décadas. Las mujeres cortan la caña, recogiéndola en manojos de igual tamaño. Se seca y, posteriormente, se tiñe con pigmentos para tejer los diferentes patrones. Las piezas acabadas se cosen a mano para completar la cesta. Posteriormente se incorporan las asas, hechas de ramas de sauce. Muchos llevan los colores de la bandera portuguesa.

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