Chloé ( Marine Vacht) es una joven frágil y depresiva que inicia una psicoterapia y se enamora de su psicólogo, Paul ( Jérémie Renier). Tras unos meses, se van a vivir juntos y ella descubre que su amante le ha escondido parte de su identidad... El prestigioso cineasta francés François Ozon, ganador de la Concha de Oro de San Sebastián en 2012 por "En la casa", reincide en el "thriller" erótico con El amante doble, presentada con división de opiniones en el pasado Festival de Cannes. Badada en la novela "Vidas gemelas", de Joyce Carol Oates, la película propone un juego al espectador, cómplice de la investigación que lleva a cabo la protagonista y de la ambigüedad entre la realidad y la fantasía que se apodera de la pantalla, repleta de símbolos oníricos. Al comienzo, un primer plano de una vagina en pleno orgasmo se funde con el de un ojo del que se desprende una lágrima, toda una declaración de intenciones del director, que presentó su obra en en Madrid su vuelta al "thriller" erótico.

"No estamos habituados a ver escenas así, pero para eso está el cine, para mostrar lo que no solemos ver", dijo Ozon a la agencia "Efe", reconociendo que adora filmar escenas de sexo porque suponen un reto continuo sobre qué mostrar y qué ocultar. Pero "El amante doble" es también un filme sobre el psicoanálisis, con elementos de terror.

"Mucha gente me decía que con mi anterior filme, 'Frantz', me había puesto muy serio, muy maduro, y quería demostrarles que sigue habiendo cosas violentas en mi", subrayó el director con su habitual ironía. Afirmó no ser muy consciente de las referentes que la crítica le ha atribuido, como Hitchcock, Brian de Palma o Buñuel. "Mi idea era divertirme, tanto en la puesta en escena como a la hora de empujar a los actores, aprovechando que es una película que explora el inconsciente", afirma.

La novela muestra un tipo de psicoterapia más "a la americana", y él se lo ha llevado a un estilo "más francés", además de que ha profundizado en el inconsciente del personaje femenino. La mencionada escena de la vagina no es gratuita y simboliza el recorrido de Chloé. Otra escena que está dando que hablar es una en la que ella utiliza un arnés sexual para darle placer a él. "Los que se molestan con esa escena suelen ser machistas", según Ozon.