Conocida por su papel de Araceli en la "La que se avecina" y "la Hierbas" en "Aquí no hay quien viva", a Isabel Ordaz le avala una larga trayectoria en teatro, cine y televisión, como en las series "Pepa y Pepe" o "Todos los hombres sois iguales". Esta noche estará en Gijón a las 20.30 horas el teatro Jovellanos representando "He nacido para verte sonreír".
- ¿Es una obra emocionar al público?
-Es una obra inquietante, y el objetivo es establecer una comunicación emocional suprema con el público. Es un melodrama clásico, en el sentido de que hay un desgarro por la despedida entre madre e hijo, una enfermedad mental, en la que se busca una reflexión sobre el drama humano en la relación entre madres e hijos.
- ¿Se lleva hasta el límite final ese vínculo?
-Sí. Es un monólogo en el que el hijo no habla, solo lo hace la madre, que lleva a cabo una especie de viaje a todas sus emociones que la asaltan por no poder detener la desgracia de tener un hijo con una enfermedad mental.
- ¿Qué es lo que más le gusta de esta obra?
-Que es durísima y hermosísima al mismo tiempo. Me gusta que tiene rasgos muy irónicos y que me permite como actriz transitar por una multiplicidad de emociones y recursos dramáticos muy plurales.
- ¿Qué es lo que más va a sorprender al espectador?
-Al público le produce una fuerte reacción emocional. Terminan encantados, porque no se esperan ser interpelados de una forma tan directa por un drama como el que ofrecemos.
- Lleva una amplia trayectoria en cine, teatro y televisión, pero sus dos últimos personajes en la pequeña pantalla son los que le han dado una mayor visibilidad. ¿Las series españolas viven su mejor momento?
-Totalmente cierto. La ficción audiovisual a nivel nacional está muy bien, tanto con la comedia, el thriller o el drama histórico. Recuerdo que cuando era una cría solo veíamos series extranjeras y muchas latinoamericanas, y ahora prácticamente eso no está, porque lo ha sustituido la producción nacional. Es una maravilla para la profesión. Y más ahora que la televisión es la que ayuda a la producción en el cine.
- Si se viese obligada a elegir, ¿ "La Hierbas" de "Aquí no hay quien viva" o a Araceli de la serie televisiva "La que se avecina"?
-No podría elegir, no soy capaz. Es como preguntarle a una madre si quiere más a su niño o su niña. En teatro y televisión he tenido personajes espléndidos. Pero de "la Hierbas" y Araceli me quedo su punto "clown", su punto payaso, porque es un poco esperpéntica y roza la farsa. Me gustó el escapismo de ambos personajes, el plan de que nunca pasa nada y no quería ningún jaleo.
- Aunque mejor no vivir en ninguna de esas dos comunidades...
-Mejor evitárselo sí. Es un pequeño micromundo que tiene a todo el espectro humano.
- Araceli ya se ha ido dos veces de la comunidad de vecinos de Montepinar de la serie "La que se avecina". ¿Volverá otra vez?
-Nunca diré nunca jamás. Me fui porque necesitaba no desligarme del teatro. Acepto todo tipo de proyectos, y estuve muy cómoda en "La que se avecina". Podría ser que algún día vuelva.
- Hablando del teatro, ¿cómo ha cambiado desde sus comienzos?
-La cultura ha estado muy castigada por la crisis. Antes de todo esto alcanzamos un nivel extraordinario en la construcción de redes de teatro y la colaboración de lo público y lo privado. Alcanzamos cotas muy interesantes que nos llevaron al teatro a un nivel muy alto, que esperemos que se pueda recuperar.
- ¿En qué proyectos se encuentra trabajando?
-Me encuentro rodando una comedia muy divertida en Tenerife que se llama "Sol a cántaros", con Dani de la Orden de director, y se trata de una obra muy coral que va a gustar.
