Con retraso empieza a llegar el frío a Asturias y, con el frío, las ganas de comer esos potajes ricos y variados que se sirven en tantos locales de los pueblos de la región y que parece que saben mejor cuando la temperatura empaña los cristales del comedor, un ambiente que aún mejora cuando toca encender la chimenea. Y es que el otoño en Asturias invita a descubrir sus contrastes de colores y adentrarse por rutas por las que es un placer perderse unas horas.

Uno de esos concejos donde abundan estas sensaciones es Amieva. Allí, en Corigos, abre sus puertas el hotel-restaurante Alto Sella, un edificio con una terraza muy agradable que se asoma, a un lado, al emblemático río Sella y, al otro, a la carretera. Al frente del mismo están Jesús Sánchez Carbajo y su mujer, Isabel María Valle Núñez, extremeños enamorados de Asturias que hace algo más de cinco años decidieron quedarse aquí. "Siempre nos dedicamos a la hostelería. Mis padres eran unos enamorados de Asturias y veníamos mucho. De hecho, un primo y yo hicimos la primera comunión en Covadonga. Al tener que dejar nuestro local en Torrejoncillo por las obras de la autovía, decidimos buscar uno aquí y venirnos a vivir. Y aquí llevamos ya cinco años", explica con querencia este hombre que, igualmente y como su mujer e hijos, no olvida sus raíces extremeñas, de ahí que los platos que sirven en su en su comedor con vistas al río, además de los tradicionales de la región, también tengan referencias a la cocina extremeña e incluso del centro del país.

De lunes a viernes, la casa ofrece un menú con tres primeros y dos segundos a elegir por 11 euros en el que no faltan los platos de cuchara, carnes, revueltos y pescados, mientras que en fin de semana ofertan un menú a 20 euros con un primero y un segundo además de postre y bebida, como es el caso de éste en que de primero tienen fabes con corzo y de segundo presa ibérica con reducción de Pedro Ximénez acompañada de ensalada templada de canónigos y setas.

Entre los platos que más gustan de su carta están el revuelto de la casa, la sopa de marisco o la castellana, el emberzáu con huevos fritos y patatas, la lengua guisada de cerdo, el solomillo ibérico al Pedro Ximénez, cochinillo frito, callos, cachopo, setas al cabrales y el revuelto de morcilla o picadillo. En pescados sirven lubina o dorada a la espalda. Por encargo preparan todo el año cochinillo, cordero y cabrito asado, bien entero, bien medio. Entre los postres caseros, a destacar la tarta de la casa, la de la abuela, la de queso y el arroz con leche.

Tiene aparcamiento. Llegado el fin de semana se aconseja reservar en el 985944903.