La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un camino entre pucheros

Pulpo con patatinas en Selorio

María Alonso y su madre, Azucena Solís, regentan La Vitoria, un local renovado que, sin embargo, mantiene la esencia de bar de pueblo

Por la izquierda, María Alonso, Azucena Solís y Romina Medina sentadas en la terraza soleyera del establecimiento. ANA PAZ PAREDES

Por mucho que se recorra Villaviciosa, jamás se conoce del todo. Cada nuevo viaje a esta tierra, donde el campo y la mar van de la mano, como sucede en buena parte del Principado, es un descubrimiento, tanto por sus rincones por los que perderse y disfrutar del entorno como por esos otros donde se satisfacen el paladar y el estómago. Así sucede cuando llegados a Selorio encontramos a pie de carretera un establecimiento de toda la vida, un barín de siempre, totalmente renovado y con un punto de modernidad que sorprende al poco de entrar a la zona del chigre. Se trata del bar restaurante La Vitoria, que así se llamó siempre, y al frente de cuyos fogones está Azucena Solís Huerta, una mujer con sobrada experiencia como cocinera, y que junto a su hija María Alonso Solís han iniciado una nueva etapa hostelera con este precioso local que reabrieron el pasado mes de mayo.

Sin haber perdido la esencia de lo que es, un bar de pueblo de siempre, sin embargo, se agradece el toque modernista, innovador y cómodo que le han dado a su interior, donde el blanco y el gris le dotan de luminosidad, calidez y elegancia, logrando sin duda un equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo que invita a comer tranquilamente, disfrutando de cada bocado, en un ambiente tan grato como auténtico. Y luego está el buen hacer no sólo de la cocinera ante los fogones sino también de María ocupándose de la barra y el comedor junto con otra mujer indispensable en estos menesteres, Romina Medina Lusich, dos profesionales que atienden a la clientela con una simpatía y una prontitud que se agradecen.

De martes a viernes tiene un menú a 10 con tres primeros y dos segundos a elegir, además de postre, pan y bebida, donde el comensal puede encontrar, dependiendo del día, garbanzos con espinacas y bacalao, fabada, negritos con arroz, ensaladilla, cachopo de pollo, arroz a la cubana, pimientos rellenos o bacalao en salsa.

En fin de semana hay un menú especial a 19 euros donde se puede elegir entre cuatro primeros y tres segundos. Algunas de las elaboraciones que ofertan en este menú son el pulpo con patatinas, cecina con queso de cabra, ensalada templada de pulpo, arroz caldoso con llámpares o bien caldoso con pulpo y almejas, pitu caleya, merluza en salsa de manzana, bacalao a la plancha con cebolla caramelizada, lechazo o solomillo de cerdo ibérico con aceitunas, pasas y anchoas. Entre los postres, la tarta milhojas, la de queso o la de turrón.

En carta algunos de los platos con más seguidores son les llámpares, el filete al queso, el pastel de cabracho, el cachopo tradicional y los chipirones afogaos. También los calamares frescos o en su tinta, solomillo al foie con reducción Pedro Ximénez o escalopines al cabrales. Cuentan igualmente con dos platos diferentes para los pequeños de la casa. Por encargo preparan caldereta de pescados y mariscos, y paella de marisco para un mínimo de dos personas.

Tiene aparcamiento, así como una terracina donde presta tomar el vermú o unas sidras antes de comer. Cierra los domingos después de las comidas y el lunes completo. En fin de semana conviene reservar en el 984701102.

Compartir el artículo

stats