La Navidad es exceso y este año, más que nunca, los decoradores han decidido sacar a relucir su faceta más barroca, para plantear decoraciones de esas en las que el concepto "sencillez" ni está ni se le espera.
Frutas limpias y pulidas que parecen de mentira, candeleros de cristal de Bohemia tallados con primor, cubiertos de plata y vajillas de porcelana con algún adorno impactante. Ésa es la base de la mesa que se lleva este año para las celebraciones en las que, si el menú es importante -nadie en su sano juicio se atrevería a dudarlo-, el atrezzo de servicio lo es tanto o más.
Uno de los mejores ejemplos de mesa elegante y recargada los pone Alidad, uno de esos profesionales de la decoración que lo mismo diseñan un edificio en Macau que un apartamento frente a Central Park. Eso sí, todas sus obras se caracterizan por un toque cosmopolita y elegante.
Los conos de abeto y frutas dan un toque estacional a la repisa de la chimenea en el salón. La mesa se cubre con una tela de Alidad para Pierre Frey y el espejo Brownrign se codea con las sillas Luis XV, los tapices flamencos y los muebles ingleses del siglo XIX. El tapiz flamenco del siglo XVII y la alfombra Aubusson tampoco pueden faltar en una sala pensada por el exjefe de arte islámico y textiles en Sotheby's. En la mesa destaca la gran variedad de cristalería, desde el antiguo Chippendale hasta el mexicano contemporáneo. La lámpara de araña italiana de hierro forjado y dorado casa a la perfección con las paredes de cuero pintadas a mano.
Los proyectos se caracterizan por ser lujosos, pero creando al mismo tiempo una atmósfera "hogareña" tan difícil de conseguir cuando uno mezcla estilos como el barroco, el neoclasicismo o "chinoiserie".
En 2013 Rizzoli publicó una monografía dedicada al decorador que lleva por título "The Timeless Home". Allí se mudó hace 30 años. Por aquel entonces aún trabajaba para Sotheby's en el departamento de Arte Islámico, pero ya sentía gran pasión por el diseño de interiores. En los proyectos de Alidad, nada se sitúa por azar y todas las piezas tienen su razón de ser.
