Martirio es una mujer de carácter:_"Nunca me he vendido, he hecho siempre lo que quería", explica. Y esta independencia de la que hace gala es la que va a presentar mañana, sábado, en el auditorio del Niemeyer (20.30 horas). Llega a Avilés con el espectáculo que resume sus primeros treinta años de carrera musical: desde "Estoy mala" hasta sus versiones particulares de Chavela Vargas. Martirio es muy de "versiones particulares": con traje de faralaes canta rap y hasta jazz. "Soy muy rockera", dice. Y lo demostró en el comienzo de su carrera, en aquellos años ochenta de la Nueva Ola y del pop castizo, el tiempo en que una mujer que había probado suerte en "Jarcha" o con Kiko Veneno se lanzó a los ruedos con las historias más normales de todas: las de la vida en común, los fines de semana en el Carrefour, la de los días perdidos en el barrio.

La cantante onubense tiene más público ahora que cuando comenzó. De todas las edades. Ahora estoy más cerca de ellos gracias a las redes sociales. Antes tenía el personaje que, sin querer, te hacía pasar desapercibida. No me enteraba de lo que realmente estaba pasando", comenta la cantante que se presenta mañana en el escenario avilesino junto a un quinteto con los músicos Raúl Rodríguez, Jesús Lavilla, Negrón y Mantin Bruhn. "Estoy muy feliz porque puedo ir a Avilés con el quinteto de músicos más deseado. De lujo. Lo mismo le dan al jazz que al flamenco", cuenta. Y es que esto de la fusión es fundamental para definir el arte de una mujer que revolucionó la escena hace tres décadas y que ahora, en pleno siglo XXI, sigue revolucionándola. Que son pocas las mujeres capaces de poner ritmo clásico a los dolores de la vida cotidiana, que ella es la que inventó eso de "arreglá, pero informal" o aquello de "estoy mala de acostarme". Triunfar en la calle es triunfar para siempre.

Martirio lo tiene todo listo para dar un redoble de conciencia este fin de semana en Avilés.