El "no hay entradas" se ha convertido en una tradición en la Semana Mágica de Gijón. La primera Gran Gala Internacional celebrada anoche en el teatro Jovellanos -se repetirá el sábado, a las 17.30 y 21 horas y el domingo, a las 12 y 17.30 horas- no dejó una butaca libre. Y es que la ocasión lo merecía: cuatro grandes espectáculos de magia, con Alberto Rodríguez como maestro de ceremonias.

La veda la abrió el prestidigitador valenciano G. Alexander, que hizo gala de una agilidad de manos sin igual, acompañando con sus movimientos robóticos la música, sacando centenares de cartas de lugares inimaginables.

Tras él, el escenario se llenó de la atmósfera de misterio de Alberto Giorgi, ganador del "Mandrake d'Or", el Oscar de la magia, que llegó a Gijón con su espectáculo de grandes ilusiones, en el que corta, despedaza y quema a su acompañante, y a sí mismo, entre los respingos del público, pero sin sufrir percance alguno.

Las mayores carcajadas de la velada, con permiso de Alberto Rodríguez, las cosecharon Manolo Costa y Mindanguillo, campeones de Europa de magia cómica, con un número que mezcla el humor absurdo, el ilusionismo de gran formato, y la prestidigitación.

Desde Corea, Ted Kim, ganador del Campeonato Mundial de Magia, desembarcó con un espectáculo inclasificable, en el que usa su cuerpo como un lienzo, con movimientos que evocan a un Charlot moderno, creando decorados, convirtiéndose en un personaje de videojuegos o un superhéroe.

Sin embargo, la gran sorpresa de la noche fue la aparición de un gran zepelín sobre el escenario, con José Armas "El Ilusionista", organizador del evento, subido en él, elevándose a varios metros de altura. El mejor colofón a una noche mágica.