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CARLOS GOÑI CANTANTE | LÍDER DE "REVÓLVER", ACTÚA HOY EN EL NIEMEYER

"Los requerimientos de la industria musical y los míos no van parejos"

"Los discos los hago como me dicta el corazón, no admito injerencias, los conciertos son fiestas en casa"

"Los requerimientos de la industria musical y los míos no van parejos"

Carlos Goñi (Madrid, 1961) es el líder de "Revólver" y es, además, uno de los músicos más reclamados en los escenarios asturianos. Esta noche (20.30 horas) inicia en el Centro Niemeyer, en Avilés, su nueva gira: un autohomenaje a su disco "Básico", su primer "unplugged", un clásico que se publicó hace un cuarto de siglo y marcó su propia peripecia posterior y también la de la escena musical de los noventa.

- Hace 25 años publicó un desenchufado. ¿Qué ha cambiado?

-(Risas) Que todo se ha ido a la mierda. Bueno, en serio: no sé qué ha cambiado. Lo que sí sé es aquel disco sí que me cambió. Cambió mi estatus y eso que fue un disco que sólo contenía temas de los dos anteriores. Quizá la nueva colocación de las canciones fue un acierto... La verdad es que "Básico" sacó a "Revólver" de los desconocidos.

- Había música en la tele.

-Ahora también: los conciertos de Radio 3.

- A las tantas.

-Es cierto. Tenemos más canales que nunca y la música queda de lado.

- Inicia gira en Asturias.

-No es la primera vez. También comencé en Pola de Lena y en Pola de Siero. En Asturias tengo muy buenos amigos, gente con la que me gusta estar, gente a la que me gusta escuchar. No es difícil que al cabo del año, además, recale en Oviedo o en Gijón. Me gusta Asturias. La pregunta sería por qué os gusto a vosotros.

- Llenó el Palacio Valdés y ahora también el Niemeyer. ¿Mola?

-Claro que mola. Lo que mola es que te llamen de nuevo. Verás: todas las noches salgo a trabajar y todas las noches me despiden. Lo que esperas es conseguir que repitan, que confíen en ti, que te vuelvan a llamar. Para eso sólo hay un truco: hacerlo lo mejor que sepas. Soy gnóstico, creo en todo. Lo único que procuro es mostrar mi agradecimiento a ese público que llena los teatros con lo que hago. Los requerimientos de la industria musical y los míos nunca han corrido parejos.

- ¿Es usted eléctrico o acústico?

-Mi religión lo único que tiene prohibido es el aburrimiento. Cuando me lo paso mejor es cuando cojo una guitarra acústica y me pongo a tocar. Mi amigo Alberto Toyos dice que me olvide de ello, que lo mío es lo eléctrico. No me parece. Pensar en una gira completa escuchando la batería, ufff... Me encanta tocar con la acústica, sin ser esclavo del tiempo.

- En el "Básico" sólo tenía canciones del primer y segundo disco. ¿No vendrá con esa idea?

-Sí claro, viajo a Avilés para hacer cincuenta minutos... qué va. Voy a tocar de los otros discos, claro. Los discos los hago como me dicta el corazón, sin admitir injerencias; los conciertos son fiestas en casa y los espectadores, mis invitados. Tengo que hacer que se lo pasen lo mejor que puedan y si eso sucede cuando toco "San Pedro" o "El Dorado", pues que sea así. Sería un engreído si renunciara a tocar lo que la gente ha venido a escuchar. ¿Os gusta "Calle Mayor"? Pues no la toco. Eso sería absurdo. Mick Jagger toca lo que tiene que tocar. Y Bruce Springsteen igual. Me parecería verdaderamente absurdo lo contrario.

- Tantas veces en Avilés, seguro que ya tiene un bar predilecto.

-El Santacecilia, claro: la casa de mi amigo Manolo Egocheaga. Escucharle es una "master class" de vida.

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