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Néstor Villazón Autor de "Como ceniza blanca sobre una hoguera", que se representa esta noche en Avilés

"Me mudé de la poesía al teatro porque están muy relacionados"

"Me mudé de la poesía al teatro porque están muy relacionados"

Néstor Villazón (Gijón, 1982) es el autor de "Como ceniza blanca sobre una hoguera", la base del espectáculo que se representa esta noche (20.15 horas) en el teatro Palacio Valdés de Avilés. Será la primera función tras el éxito clamoroso obtenido hace un mes en la última gala de los premios "Oh!" Villazón se llevó por esta tragedia el premio "Asturias Joven" de 2016. El año pasado la compañía "La Tejedora de los Sueños" montó un espectáculo basado en el libreto de Villazón. Había obtenido el premio "Teatro Jovellanos" a la mejor producción. El dramaturgo conversa con LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.

- Va de premio en premio.

-Lo cierto es que sí. Cuando te presentas no te esperas que vayas a ganar: es una obra con muchos personajes, muy complicada de montar.

- Pero "La Tejedora de los Sueños" dio un paso adelante.

-Me lo dijeron y yo dije que estaba encantandísimo. Lo que buscaba era escribir un auto de fe, pero la cosa se fue ampliando: desde el apresamiento, pasando por el proceso y terminando en el auto de fe.

- ¿Y el premio del Jovellanos?

-Pues eso fue una alegría tremenda. Nos permitía montar el espectáculo de manera adecuada. Sin él no hubiéramos podido montarla como quería Gemma de Luis, la directora.

- ¿Y cómo quería hacerlo?

-Con un proyector tridimensional.

- ¿Y el lío de los personajes?

-Son 19 personajes y la idea que tenía "La Tejedora de los Sueños" era montar el espectáculo con seis actores: cuatro actores y dos actrices. El problema era lograr organizar el espectáculo de tal manera que se pudieran mover los actores cada vez que tenían que retomar un personaje nuevo. Eso fue un reto: para la compañía y también para mí como autor.

- ¿Cuál fue el proceso de trabajo?

-Lo hicimos en una noche: la directora, Mayra Fernández, la actriz, y yo quedamos en un café. Había que ordenarlo todo. Cuando conseguimos la versión definitiva pasamos a la sala de ensayos. Todavía se podía mejorar la obra: pensamos en nuevos cambios, en añadir textos, algún monólogo, con el fin siempre de permitir dar tiempo a los actores a cambiarse entre cajas. Después de ver que esos nuevos cambios no funcionaban, la directora decidió desestimarlos.

- ¿Y está satisfecho?

-La verdad es que sí. Entre los galardones obtenidos y los comentarios de la gente estoy feliz. Son muy buenas las impresiones. Ahora lo que hay que hacer es rodar la función lo mas posible. Que se vea.

- Para eso hay que salir de Asturias, que el mercado es pequeño aquí, ¿no?

-Pues eso se lo tiene que responder la compañía. Lo que sí es que estamos abiertos a representar la función en otras comunidades. Por el momento, ya digo, la respuesta ha sido positiva.

- El teatro, ¿es buena forma de vida?

-No me planteo si lo es o no. Me ha tocado ser dramaturgo, el género me ha escogido, y eso sí es bueno. Empecé con la poesía, pero me mudé al teatro porque descubrí que estaba muy relacionado, sobremanera por el ritmo.

- ¿Cómo escribe?

-Si tengo una idea, me doy tres días para hacer el primer borrador y, después, meses de correcciones. Cuando escribo tengo que sentir que tengo la función delante de mis ojos.

- Seguro que tiene algo en el cajón.

-En abril, en la sala Nave 73 la compañía "La Triga" estrena "El negro es un color", una historia basada en hechos reales. El 2 de junio de 1975, centenar y medio de prostitutas se encerraron en la iglesia de Saint Nizier como protesta ante la oleada de crímenes que estaban sufriendo.

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