La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

JORGE PARDO SAXOFONISTA, ACTÚA ESTA NOCHE EN AVILÉS CON ARMANDO ORBÓN

"No quiero ser un músico militante: eso no va conmigo"

"Me resisto a ser abanderado de nada, pero la historia es tozuda: soy bisagra entre flamenco y jazz"

El flautista y saxofonista Jorge Pardo.

Jorge Pardo (Madrid, 1956) regresa a Avilés. Lo hace esta noche y estará acompañado por el guitarrista avilesino Armando Orbón. Los dos juntos se presentan sobre el escenario íntimo del restaurante Santacecilia, en la avilesina calle de Galiana. Habrá, pues, cuerda y viento para rato. Pardo, que fue el "Mejor Músico de Jazz Europeo" en 2013 y, dos años después, Premio Nacional de Músicas Actuales en España, ha actuado junto a leyendas tan heterogéneas como Camarón de la Isla, Chick Corea y Pat Metheny. La última vez que lo hizo en Avilés fue junto al pianista Isaac Turienzo, un recital en el quiosco de la música del parque de Ferrera. El flautista atiende a LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.

- Sale a escena con Armando Orbón.

-Nos habíamos encontrado los dos en algunas ocasiones en el camino ya antes. Una de ellas, con Isaac Turienzo.

- Pero nunca habían tocado los dos mano a mano, ¿no?

-Los dos solos no. En esas veces en que nos habíamos encontrado siempre habíamos hablado de alimentar nuestras aficiones en un escenario. Y como no es tarde para llevar a cabo nuestro proyecto, allí que vamos.

- ¿Sopla bien con una guitarra delante?

-En muchas ocasiones he tenido que ejercitar el entendimiento entre la flauta o el saxofón y la guitarra. Así que, parece ser que sí, que soplo bien.

- Le veo a usted más como músico en vivo que en un estudio.

-Hay que aclimatarse a los dos espacios. Trabajar en un estudio causa soledad, no tienes al público delante como cuando tocas en un escenario. El estudio, sin el escenario, carece de vitalidad.

- Pero usted es meticuloso a la hora de grabar.

-Mucho. Lo que hacemos los músicos es comunicar una canción: tenemos que hacerlo lo mejor posible. La música en vivo es más discursiva, no existe la posibilidad de la vuelta atrás.

- Los críticos le colocan como bisagra entre jazz y flamenco. ¿Dónde coloca usted como profesional?

-Me resisto a ser abanderado de nada, pero la historia es tozuda: puede que sea bisagra entre flamenco y jazz, como usted dice.

- ¿Dónde se siente más feliz?

-Haciendo música. He practicado una docena de tendencias distintas al jazz y al flamenco. Por ejemplo: la clásica, la caribeña... el flamenco es llave en todas ellas.

- Me llama la atención de que en el pop existen grupos, unidad de trabajo, pero en el jazz y en el flamenco la cosa es más de individuos.

-Creo que tiene que ver con los contratos de las discográficas: que exigen agrupaciones más unidas. Pero, no se confunda, en el jazz hay grupos que pivotan sobre solistas.

- A eso me refería.

-Periódicamente, nosotros volvemos a los grupos en los que nos sentimos cómodos.

- Uno de los suyos es el trío que forma con Carlos Benavent y Tino di Geraldo.

-Sí.

- Grabaron en los noventa y, después, hace unos pocos años. Vuelven de tarde en tarde.

-Puede ser. La última vez grabamos en Avilés, precisamente. De cuando en cuando es bueno compartir eso que tienes en la cabeza con quienes sabes que lo interpretarán como te has imaginado. Hablo de aventuras comunes como esta por la que me pregunta. A veces sientes que sólo con tipos como Geraldo o Benavent va a sonar lo que tiene que sonar.

- La última vez que tocó en Avilés fue en un parque.

-Me encantó aquel concierto. Era el de aniversario de Isaac Turienzo. Pensaba que iba a ser frío.

- ¿Por qué?

-Nosotros estábamos sobre el quiosco de la música y los espectadores muy lejos.

- ¿No fue frío al final?

-No. Y no sé por qué. Estuvimos muy a gusto.

- ¿Se imagina usted no siendo músico profesional?

-Es difícil, pero no por nada en particular. No soy un músico recalcitrante. No quiero ser un músico militante, eso no va conmigo. Si no hubiera sido músico tampoco fue una tragedia.

Compartir el artículo

stats