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Un camino entre pucheros

El encanto de lo pequeño

El bar-tienda Casa Aida, en Poo de Cabrales, ofrece en sus reducidas dimensiones un tapeo variado, generoso y atendido con cercanía

Aida Pidal, al otro lado del mostrador de su tienda bar en Poo de Cabrales. ANA PAZ PAREDES

Cabrales es un concejo que cuanto más se visita más ganas se tienen de volver. Según van pasando los primeros días de la primavera es un lujo adentrarse por sus pueblos y caleyas, rutearlo con ganas y engancharse a la belleza de su paisaje montañoso e inabarcable. Cabrales seduce a todo aquel que ame la naturaleza y la tradición, dos aspectos tan importantes como su gastronomía, sus restaurantes y esos locales en los pueblos que se esmeran en servir a sus clientes lo mejor que sale de su cocina.

Un ejemplo de ello es un localín guapo en Poo de Cabrales, el bar-tienda Casa Aida, donde, al entrar, parece imposible que tanto quepa y tanto se pueda ofrecer entre sus cuatro paredes de piedra vestidas con recuerdos, en forma de cuadros, de Val de la Barca, uno de los barrios de Arenas. De hecho, ya la entrada a Poo, tras atravesar el estrecho puente, descubre al viajero un pueblín precioso donde dan ganas de quedarse y, antes o después de comer, pasearlo y fotografiarlo.

Aida Pidal Blanco regenta este local cálido y amable, lleno de detalles por todos los lados y donde los aromas que salen de su pequeña cocina inundan pronto este bar-tienda amable; antes de comer, por ejemplo, un buen plato de picadillo con patatas, se puede comprar desde yogures, un bote de detergente, desodorante , dos kilos de naranjas, colonia, quesos de la zona o abono para las plantas. Como poco.

Decorado con gusto y con el encanto propio de las cosas hechas con cariño, Aida Pidal sirve en su bar a quienes se sientan en sus cuatro mesas un tapeo sabroso y variado. Destacan sus tablas de quesos y embutidos, y también la "sartén Asturias", con patatas fritas, huevos, jamón y chorizo; tortos con picadillo, diversos platos combinados, patatas bravas o al cabrales y algunas de sus tortillas. "Aquí las hay, pero por encargo las hago de todo tipo. También por encargo hago otros platos además de comida para llevar, sin olvidar todo tipo de bocadillos", recuerda esta mujer que incluso elabora el pan.

También prepara un menú con un primero, un segundo y postre, a siete euros, pero en poca cantidad. "Lo hago para la gente del pueblo, principalmente los mayores, pero si llega gente y queda menú, también lo ofrezco". Dependiendo de lo que toque a veces hay fabada, tortilla de bonito, picadillo con huevo, pote, lentejas o algún arroz, por citar algunos ejemplos. También tiene postres caseros. En su interior tiene capacidad para dieciséis personas, número que se amplia con otras tantas en la terraza y con buen tiempo.

Cierran los martes por la tarde por descanso, y del 16 al 30 de mayo por vacaciones. Para cualquier información llamar al 985845177.

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