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Un camino entre pucheros

Sonia volvió a las raíces

Tras vivir en Alemania, abre en Huerres el bar-tienda Caleya Indi, un lugar en el que la cocina refleja la personalidad de la dueña

Sonia volvió a las raíces ANA PAZ PAREDES

"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz. Leonard Cohen". Ésta es una de las frases que se pueden leer en un local con mucho encanto y que sorprende a quienes se acercan hasta el pueblo de Huerres, en Colunga, a dar un largo paseo o, sencillamente, a tomar algo o comer. Y es que hay lugares que, cuando son transformados con cariño, reflejan de forma inmediata a quienes lo regentan, su personalidad y lo que quieren ofrecer a quienes los visitan. Ése es el caso del bar-tienda Caleya Indi, que abrió recientemente Sonia Toyos Gómez, quien le ha dado al establecimiento un aire distinto y muy personal y donde, además de la diversidad de sus platos, se respira una atmósfera relajante que invita a comer sin prisa.

"Siempre quise regresar a mis raíces tras vivir en Alemania. Nací en Gijón, pero mi padre era de la zona, concretamente de Cofiño, en Arriondas. Vi que el local estaba en alquiler, vine y, en cuanto abrí la puerta, supe que aquí estaba mi sitio", afirma Sonia en el interior de su establecimiento, redecorado por ella con mimo hasta el último detalle con tonalidades azules; plantas aromáticas que ella misma cultiva y vende; un pequeño rincón de relax con su sofá, y varias mesas, todas distintas, que se reparten el espacio ante un viejo armario en cuya vitrina de cristal expone todo tipo de trabajos artesanales.

En Caleya Indi hay una carta variada y para todos los gustos. Entre los platos con más demanda están el frito marinero; las pizzas caseras variadas como la de quesos, setas, jamón ibérico; la ensalada especial de la casa y sus hamburguesas: desde la de ternera asturiana ecológica con patatas y ensalada, a la vegetariana con tofu y verduras.

Otros de los platos que tienen su clientela son los tortos de picadillo, pisto o morcilla; croquetas artesanas de jamón ibérico, entrecot de ternera con patatas y ensalada, o sus tortillas, en especial la de patata, sin olvidar su tortilla de ajos tiernos. No faltan tampoco unas gambas al ajillo o una tabla de quesos asturianos. Por encargo prepara su paella marinera, para un mínimo de dos personas, y también pescados de temporada. Entre los postres destacan su copa de café affogato, el arroz con leche y la copa de helado de vainilla con frutos del bosque.

Otro de sus rincones con encanto es su tienda, parte del corazón de este local y donde hay todo tipo de productos Bio, como zumos, mermeladas, pasta y diversidad de alimentos, además de jabones naturales, cremas, semillas, colonias, llaveros y colgantes y hasta detallinos de ropa para los más pequeños. Y todo en un lugar que invita a olvidarse de las prisas y tomar el café escuchando quizá blues, quizá jazz, quizá pop español en un barín de pueblo tan acogedor como auténtico, en el que fácilmente se cae en el capricho de llevarse algo de recuerdo.

Dada su capacidad, para unas 30 personas, y contando además con su terraza, en fin de semana conviene reservar en el 673076478. En el pueblo hay zona de aparcamiento.

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