"Cuando funciona, el teatro es el mejor acto en común. Traspasa el género, la raza, el sexo, la edad, la religión: en el primer día de ensayos, todos están nerviosos y todos son iguales. Me encanta contar historias. Políticamente, el teatro puede cambiar vidas, dar poder a las personas. Alguien dijo una vez que 'actuar es la venganza de la persona tímida contra el mundo'. Creo que es verdad". Todo esto lo dice Brendan O'Hea, que es el director de la compañía fija del teatro londinense The Globe, a orillas del Támesis, a doscientos metros del lugar en el que William Shakespare se hizo grande, hace ya cuatro siglos. Mañana sábado los hombres y mujeres de O'Hea saldrán a escena en el auditorio del Centro Niemeyer (20.30 horas) para representar uno de estos títulos: las comedias "Noche de reyes" y "La fierecilla domada" o el drama judicial: "El mercader de Venecia". El espectáculo final que se ponga en pie en Avilés será el que los espectadores que acudan a Avilés decidan mediante votación democrática y en urna. La elección es difícil: tres excelentes textos, un gran escritor y una compañía extraordinaria que, por el momento, sólo ha recalado en España en Bilbao. La semana que viene, tras Avilés, viaja unos días a Madrid. Y, a partir de entonces, le espera medio Reino Unido y Austria.

La visita de la compañía británica a España es una de las noticias culturales del año, su presencia en Avilés y Asturias, una fiesta.

O'Hea, que fue el compañero de "M" en "Quantum of Solace" -uno de los últimos 007- es el responsable de la dirección de los tres espectáculos, pero no de la gira. Ahí está Michelle Terry, la nueva directora artística de The Globe, el odeón que se levantó en 1997 a imagen y semejanza de aquel en que trabajó William Shakespeare.