El mar, como el bosque, y cuando pensamos en el nuestro, en el Cantábrico, también resulta espectacular en otoño. Es sin duda un lujo poder pasear por las playa en estos días ya sin masificaciones, abrigadinos por si las moscas pero al mismo tiempo sintiendo el aire salado en el rostro y el agua fresca en los pies, algo tan grato como saludable.
Este generoso octubre que ya acaba, con tanto sol y poca lluvia, está regalando a los asturianos y a quienes visitan la región, unos días espectaculares de buen tiempo y de luz que hay que aprovechar al máximo, sobre todo porque cada vez oscurece más temprano.
Todo ello lo sabe bien María Jesús Olay Fernández, gerente de un bar sencillo y amable que abre sus puertas en Rodiles pero que no está asomado al mar, sino que se encuentra en el interior aunque apenas dista 400 metros de la playa del mismo nombre. Se trata del bar San Llorenti donde este verano la zona de terraza ha triunfado entre la clientela. “Yo llevo más de 30 años trabajando en el sector hostelero. Decidí coger San Llorenti, que llevaba cerrado un tiempo, tanto por su ubicación, aquí en Rodiles, porque pensé que podría funcionar con lo que aquí servimos que es, en general, una carta de tapeo amplia y cocina tradicional”. explica ella que abrió en mayo este local que, a partir de ahora, abre sólo los fines de semana, festivos y vísperas de festivos.
Entre las especialidades más demandadas están los chipirones afogaos, los tres tipos de cachopos, la paella de marisco (por encargo), el pollo ajillo, escalopines al cabrales, pulpo a la gallega, los calamares frescos y los bocartes con jamón. No faltan tampoco una buena tabla de embutidos, patatas tres salsas, croquetas caseras, chorizos a la sidra, callos, pastel de cabracho o unas zamburiñas a la plancha. Por encargo también hace otras elaboraciones como fabada o pote. Entre los postres, citar la tarta de la abuela, queso azul con dulce o arroz con leche.
Para llegar, evitar coger una carreterina muy estrecha que indica, en la carretera principal y a la izquierda, el nombre del bar. Sólo cabe, en todo el tramo, un único coche en una misma dirección. Lo mejor, bajar hacia la playa para luego continuar unos metros más hacia la ría. En poco tiempo se ve, a la izquierda, un indicador con la P de parking y que reza: aparcamiento playa. Se sube por ahí y se llega sin problema. Reservas en el 647589719.
