En una ciudad universitaria como Santiago, este era un piso de estudiantes. Con muchas habitaciones, compartimentado y con poca luz. Ahora no queda rastro de lo que fue tras la reforma de José Antonio Vázquez Martín y Enrique de Santiago, integrantes de Estudio Nómada, un gabinete que se caracteriza por abordar la totalidad de los proyectos -continente y contenido-, con lo que se consigue una unidad y coherencia perfectas al tratar conjuntamente la reforma y la decoración.

La nueva propietaria quería un universo propio, muy distante del pasado estudiantil del piso. Los casi 80 metros cuadrados de la vivienda, tras las reformas estructurales, han permitido enlazar visualmente las estancias y obtener un evidente rendimiento espacial a través de la eliminación de pasillos y "estableciéndose una secuencia interior de zonas comunicadas unas con otras por medio de una sucesión de huecos alineados que unen las distintas piezas a través de enfilades, como en las viviendas clásicas",explican ambos socios.

El rendimiento espacial se garantiza mediante la nueva distribución y con el uso de tonos claros en los materiales."El suelo se ejecutó en su totalidad con tarima de roble macizo blanqueado, lo cual aporta una continuidad que ayuda a percibir un mayor espacio. Las paredes se pintaron en dos gamas de grises,manteniendo el color blanco para los techos",dicen los profesionales de Estudio Nómada.Adaptada a los gustos y necesidades de la propietaria, la casa cuenta ahora"con un salón-estar importante, conectado con dos piezas que amplían este espacio:un comedor- biblioteca y un pequeño gabinete que funciona, discrecionalmente, como habitación de invitados. El único dormitorio, en sentido estricto, de la vivienda se organiza con un vestidor y un baño independiente.

Otro segundo aseo y la cocina completan la distribución". La fusión de estilos de la decoración que quería la propietaria se integra de forma armónica en el ambiente.