Tener un ático en alguna de las grandes capitales del mundo es uno de los deseos más acariciados y que sólo unos pocos pueden permitirse. Nada que ver con los pisos 'principales' que ocupaba la burguesía antes de que se universalizaran los ascensores, en unas épocas en que los áticos no eran tales, sino terrazas con alguna pequeña construcción donde vivía el servicio y espacio para tender la ropa al sol.

Muy por encima del bullicio y el ajetreo de la ciudad, un ático ofrece una burbuja de paz y tranquilidad y la oportunidad de sentirse el dueño del mundo que se despliega abajo. En inglés se conocen como 'penthouses' y nacieron con el auge económico y de la construcción de los años veinte en Nueva York, el corazón financiero americano. Uno de los primeros fue el dúplex del editor de 'Vogue' Condé Montrose Nast en Park Avenue, de 1925. Estaba decorado en estilo francés por Elsie de Wolfe y se hizo célebre por las fiestas que albergaba.

Vivir en un buen ático con vistas panorámicas es hoy por hoy prohibitivo para la mayoría. Sus precios se mantienen por las nubes, tanto por las vistas como por la posición central que ocupan en una gran ciudad y porque son escasos. Por ello en Nueva York se están añadiendo áticos nuevos en lo alto de algunas fincas clásicas. Es el caso del Cast Iron House, un edificio de 132 años en Broadway donde el reciente premio Pritzker Shigeru Ban construirá dos áticos con precios entre 9 y 12 millones de euros. En Londres, está el edificio de viviendas más caro del mundo, el One Hyde Park. Alquilar el ático cuesta 45.000 libras (unos 54.000 euros) por semana.

El término ático ha evolucionado con los años. Los entusiastas de las alturas tienen ahora más inventario donde elegir, porque un 'penthouse' se refiere no sólo al último piso de un edificio sino a un estilo de vida de gama alta, una demostración de éxito de quienes pueden gozar de una vida en las alturas.

Vecinos del Sydney de postal

Cuatro apartamentos en la planta undécima del edificio Bennelong, situado en la bahía, se han fusionado para crear uno de los áticos más magníficos de Sydney, obra del arquitecto Michael Suttor con interiores de Michael Love. Tiene 715 m2 y panorámicas de 360°. Sus vistas se extienden desde Circular Quay y Harbour Bridge hasta los jardines Royal Botanics y la casa del Gobernador, y el edificio de la Opera House es su vecino más distinguido.

Dirección: 11/1 Macquarie Street, Sydney (Australia). Precio: 30 millones de dólares (22 millones de euros). sothebysrealty.com

El Nueva York más de moda

Ocupa la undécima planta de un edificio que construyó cuando el área de Meatpacking era una zona emergente del West Chelsea neoyorquino. En la actualidad es el barrio de moda de Nueva York, con las tiendas, los restaurantes y las galerías de arte más actuales. Cuenta con 250 m2 y sólo la reforma total de los interiores encargada por sus nuevos propietarios costó 350.000 euros.

Dirección: 459 west 18th street, Manhattan (Nueva York). Se vendió por unos 6,5 millones de dólares (4,7 millones de euros).

El Londres de los amantes del arte

Este ático, de 500 m2 y con cinco habitaciones, está en el Southbank, junto al puente de Londres, el teatro Globe de Shakespeare y la Tate Modern, un área de moda desde que se construyó el imponente rascacielos Shard. Las vistas de la vecina catedral de San Pablo y Canary Wharf impresionan.

Dirección: Benbow House, East London SE1. Precio: unos 12,6 millones de euros. www.engelvoelkers.com