¿Se imagina el fuselaje de este viejo Boeing 737 de 1965 convertido en una habitación de lujo?

Y además en una paradisíaca selva, a un kilómetro del Parque Nacional Manuel Antonio, en Quepos, Costa Rica, donde podrá observar los tucanes, los monos aulladores, los perezosos y otras criaturas de la selva.

El fuselaje de este antiguo avión que realizó vuelos para South Africa Air primero y para la colombiana Avianca después, ha sido reconvertido en una lujosa suite de dos habitaciones, única y exclusiva, con todas las comodidades y departamentos: dormitorios, baños, área de comedor, sala de estar e incluso un pequeño observatorio para disfrutar del océano, paisajes y vistas a la selva.

El interior del avión está revestido de madera de teca costarricense, desde la cabina hasta la cola, y los muebles han sido tallados a mano en teca de Java, Indonesia.

En esta lujosa suite todo el "pasaje" viaja en business class, no existe la clase turista, los asientos estrechos...ni los aseos reducidos.

Esta original suite forma parte del Hotel Costa Verde, situado en el bosque y adyacente al Parque Nacional Manuel Antonio, y cuenta con increíbles vistas al Océano Pacífico. Se encuentra a 3 kilómetros del pueblo de Quepos y a dos horas en coche del aeropuerto internacional de San José de Costa Rica.

Fotos: Costa Verde

La aeronave costó 200.000 dólares, el transporte y entrega 400.000 dólares y la instalación, reconversión y rehabilitación 2.400.000 dólares. Sin embargo, alojarse en esta singular suite de "altos vuelos" cuesta, según la época del año, entre 260 y 750 dólares/día, más el 13 por ciento de impuestos.

Más allá de lo exótico del hotel y de sus curiosas habitaciones, son incomparables y maravillosas las vistas que tenemos desde ellas. Ver un atardecer desde la terraza debe ser una experiencia para recordar toda la vida.