Al igual que en los jardines y balcones, la primavera también está en pleno apogeo en los huertos. Pequeños brotes se abren paso en la tierra para convertirse en hortalizas maduras, y muchas otras plantas ya están llenas de hojas y frutos inmaduros o listos para ser cosechados. El verde es el color principal, que simboliza la exuberancia que envuelve a los huertos en esta época del año.

A pesar de esto, una amenaza podría caer sobre nuestro pequeño Edén, un ejército de insectos y pequeños animales destructivos a la caza de comida. El ataque aéreo lo suelen lanzar los ácaros y los pulgones, y para que la cosecha sea lo más ecológica posible podemos utilizar un pesticida natural. Desde la retaguardia, pues, los caracoles también salen antes y en este caso lo importante sería evitar que lleguen a su destino.

Sin embargo, el objetivo de nuestras plantas desde el suelo serían pequeños insectos que pronto podrían cubrir tallos y hojas: las hormigas.

Una amenaza vestida de inocencia

Aparentemente inofensivas, las hormigas serían responsables de bastantes daños en nuestras plantas de jardín. En primer lugar, estos animales altamente inteligentes podrían robar semillas y otras partes de las plantas que son comestibles para ellos, almacenándolas para la colonia.

Esto también podría llevar a la destrucción de las hojas y los frutos. Entonces, al estar ávidos de melaza, favorecerían el desarrollo y la reproducción de los pulgones, piojos que producen esta sustancia pero que son realmente peligrosos para la vegetación.

Por eso sería conveniente prevenir su infestación o intervenir inmediatamente ante los primeros indicios de su presencia, y para ello puede bastar con enriquecer el huerto con otro cultivo sencillo.

Hablamos de la planta de mejorana, muy popular en la cocina por dar sabor a muchos platos, pero cuyo olor no sería bien recibido por las hormigas. Por lo tanto, al plantarlo en el huerto, estos molestos insectos tendrían que hacer las maletas y marcharse. Además, su presencia podría desalentar la llegada de cualquier colonia interesada en nuestra vegetación.

En esencia, la mejorana sería un remedio de primeros auxilios o incluso preventivo y su cultivo sería un juego de niños. De hecho, sería una hierba aromática especialmente resistente que se adaptaría fácilmente a la vida bajo el sol, pero que debería protegerse del frío.

En cuanto al suelo, no tendría ninguna exigencia particular, al igual que el riego, incluso esporádico, teniendo cuidado, sin embargo, de no crear estancamientos de agua.

Asociaciones

Así, para deshacerse de las hormigas del huerto en un instante, bastaría con cultivar mejorana, aprovechando sus fragantes hojas también en la cocina.

Pero, ¿al lado de quién ponerlo? En general, la mejorana puede plantarse junto a cualquier hortaliza. La única excepción serían los pepinos, que no toleran la presencia de ninguna variedad aromática. Sin embargo, en conclusión, las asociaciones óptimas serían con remolachas, cebollas, zanahorias, judías y tomates de la variedad "siccagno".