En la jaula de grillos en la que se ha convertido la carrera por la nominación republicana en los Estados Unidos, ya no hay fronteras. El candidato Newt Gingrich, un tipo cuyo discurso asusta, prometió en Florida en un mitin electoral que de llegar a la Casa Blanca pondría en funcionamiento una base permanente en la Luna. Eso sí, prudente él, dijo que tan sólo durante su segundo mandato.