El dibujante francés Jean Giraud, conocido como Moebius, uno de los artistas más influyentes del mundo del cómic, falleció ayer dejando tras de sí una fértil obra encarnada en el personaje del teniente Blueberry y en sus incursiones en el cine. Considerado uno de los lápices más importantes del noveno arte, Giraud falleció en París tras una larga enfermedad a menos de dos meses de cumplir los 74 años.

Deja una obra extensa y un universo propio que pasó del realismo de sus primeros personajes, inspirados en el «far west» que conoció en México, donde fue a vivir su madre, a los abstractos dibujos que realizó a partir de los 60, inspirados en un mundo fantástico y de ciencia ficción.

Fueron esas viñetas las que le valieron llamar la atención de directores cinematográficos que incorporaron su universo fantasioso a películas como «Alien», de Ridley Scott, «The fifth element», de Luc Besson, o «Abyss», de James Cameron.

Pero su fama internacional se había asentado antes de la mano de un personaje, el teniente Blueberry, un «cow boy» que nació de sus lápices y de la pluma de Jean-Michel Charlier en 1963, y que firmó con el seudónimo de Gir.

Supuso una relectura del género del «western» y encontró un enorme éxito de público que le abrió las puertas de las principales revistas ilustradas, empezando por «Pilot», fundada por René Goscinny, creador de Asterix o Lucky Luke.

En el cénit de su carrera, Giraud se cruzó con el artista chileno Alejandro Jodorowsky, exiliado en Francia, lo que le desvió de su carrera realista hacia universos más interiores e imaginativos. Comienza así una etapa nueva en su arte que quiso marcar adoptando un nuevo alias, el de Moebius, que tomó prestado de un matemático alemán del siglo XIX.

«El acto de dibujar es algo mágico. La magia está a nuestro alrededor, y con el tiempo se convierte en una técnica de comunicación. La busco en todo momento, pero es difícil de conseguir», aseguraba hace un año el dibujante en la presentación en España de una de sus últimas obras. En vida obtuvo buena parte de las recompensas a las que puede aspirar un dibujante.