Los moscones que buscan aparearse y son rechazados por las hembras son mucho más propensos a consumir alcohol que sus pares satisfechos, según un estudio. «Durante mucho tiempo se ha usado a las moscas Drosophila como organismo modelo para el estudio del alcoholismo», explica la neurobióloga Ulrike Heberlein, del equipo de la Universidad de California que llevó a cabo los experimentos.