La modelo marroquí Imane Fadil, una de las participantes en las fiestas de Silvio Berlusconi, aseguró que supo que su compatriota Karima el Marough, alias «Ruby», tenía vídeos y fotos «muy comprometedores» sobre las celebraciones privadas del ex primer ministro italiano.

Fadil compareció ayer en el tribunal penal de Milán para declarar como testigo en el juicio del «caso Ruby» que se celebra allí contra Berlusconi por supuesto abuso de poder e incitación a la prostitución de menores.

La joven modelo, que contó cómo en una fiesta una parlamentaria regional y otras mujeres se vestían como monjas y hacían «striptease» para Berlusconi, explicó que Barbara Faggioli, otra de las participantes en las fiestas, le comentó que Ruby «tenía vídeos y fotos muy comprometedores y que Berlusconi la había alejado de él porque era menor de edad».

«La joven marroquí podía vengarse y poner en apuros» a Berlusconi, dijo Fadil, en declaraciones que recogen los medios italianos de una audiencia pública a la que, una vez más, no acudió el ex primer ministro. La modelo marroquí explicó que estas revelaciones se las relató Faggioli durante una cena en la villa de Berlusconi en Lesa (norte de Italia) el 4 de septiembre de 2010, en la que estaba «agitada porque esta chica (Ruby) podía poner en aprietos a Silvio Berlusconi y a todas ellas».

Fadil aseguró además que la invitada a las fiestas de la Villa San Martino de Arcore, próxima a Milán (norte de Italia), que pasaba la noche en el lugar recibía más dinero que la que no lo hacía, porque «se quedaba por sexo».

La joven marroquí aseguró que la primera vez que fue a Arcore Berlusconi la invitó a su estudio y a llevarse un sobre con cuatro billetes de 500 euros y dijo además que recibió presiones por parte de un desconocido una vez que ya había empezado el proceso al ex primer ministro.

«Entre mayo y junio de 2011 salí de casa y se me acercó un hombre alto y rubio, con los ojos azules, de unos 45 años, que me dijo que era italiano, pero no lo era. El hombre me dio un teléfono con una tarjeta y me dijo que me llamaría en el momento adecuado para ir allí, es decir, a Arcore», afirmó Fadil.

La modelo explicó que posteriormente recibió varias llamadas para que tomara un taxi, pero que nunca lo hizo, por miedo, y que volvió a ver en las inmediaciones de su casa en Milán varias veces al mismo hombre, quien le dijo que el encuentro era «con Berlusconi en Arcore para arreglar la situación» y que si hubiera ido habría recibido dinero.