Oviedo, M. J. IGLESIAS

Telma Ortiz Rocasolano, hermana de la Princesa de Asturias, y el abogado y empresario pamplonés Jaime del Burgo Azpíroz, son marido y mujer desde el pasado viernes. La boda, de carácter religioso y celebrada en la más estricta intimidad, tuvo lugar en el impresionante marco del monasterio de Leyre, a 50 kilómetros de Pamplona, con el pantano de Yesa al fondo. El único reconocimiento explícito del enlace lo hizo el novio, en un artículo publicado ayer en el periódico «El Mundo», en el que -en un tono duro y reivindicativo- reclama el derecho a la intimidad de la novia, a quien se refiere como «Telma, mi esposa».

Según ha trascendido, a la ceremonia sólo asistieron la hija de Telma Ortiz (Amanda, de cuatro años, hija de un abogado con el que no llegó a casarse), una amiga de la novia con su marido y sus dos hijos, y los padres del novio: el político, abogado y escritor del PP Jaime Ignacio del Burgo Tajadura, ex presidente de la Diputación Foral, y su mujer, Blanca Azpíroz. Los cinco hermanos del contrayente se enteraron el mismo día, según publicó «Diario de Navarra».

La hermana de doña Letizia, de 38 años, lució un vestido blanco -no el clásico de este tipo de ceremonias- y se apoyaba en muletas al estar convaleciente de la operación de rodilla a la que fue sometida tras sufrir una lesión mientras esquiaba en Aspen (Colorado) con su ahora marido, de 41. Tras la boda, almorzaron con sus invitados en la hospedería del monasterio y, ya por la noche, ofrecieron una fiesta con los hermanos del novio y otros allegados en el restaurante del Castillo de Gorraiz, cerca de Pamplona.

Los nuevos esposos se conocieron a través de doña Letizia, amiga personal de Jaime desde hace años, hasta el punto de que su ahora cuñado firmó como testigo de la Princesa de Asturias el día de su boda con don Felipe en la catedral de la Almudena.

Se especulaba con que la boda se celebraría en Roma el 7 de julio, festividad de San Fermín; pero, mientras circulaban los rumores, Telma preparaba todo rodeada de secretismo. Era de esperar. Muy celosa de su intimidad, hace años que se siente acosada por la prensa. En los últimos tiempos, algunos medios le habían atribuido diversas relaciones sentimentales, una de ellas con el piloto de Fórmula 1 Marc Gené. Tiempo atrás, ella y su entonces compañero y padre de su hija, el también abogado Enrique Martín-Llop, demandaron a medio centenar de medios. La denuncia se archivó.

«Telma», así, a secas, es el título del largo artículo que ayer publicó Jaime del Burgo en «El Mundo». En una prosa elegante, y con una argumentación hipercrítica hacia la prensa rosa, el abogado navarro enfatiza que «Telma Ortiz ha hecho lo imposible en defensa de su derecho al honor, a la intimidad y a su propia imagen», y agrega que «si hay alguien en España que ha dicho alto y claro en muchas ocasiones, ante diversas instancias y enfrentándose a Goliat, que la dejen vivir en paz, ha sido Telma, mi esposa». Del Burgo afirma que «ahora ya no estará sola en la defensa de su derecho constitucional» y esboza uno de sus planes de futuro al indicar que «ojalá hayamos puesto un punto final haciendo suya mi residencia en el extranjero».

El nuevo cuñado de los Príncipes era hasta ahora un codiciado soltero. Es administrador en la Compañía Independiente de Ediciones Norte, con sede en Madrid. Todo apunta a que el matrimonio vivirá entre Londres y la capital de España, donde él tiene domicilios. Telma dejará su trabajo en el Ayuntamiento de Barcelona.

Si doña Letizia emparentó con la realeza, su hermana ha ingresado en una familia navarra de indiscutible pedigrí tradicionalista. El abuelo de su esposo, Jaime del Burgo Torres, fue una figura del carlismo navarro, formó parte del requeté y fundó publicaciones. La dinastía del Burgo lleva el periodismo y la literatura en la sangre. Con 20 años, Jaime del Burgo publicó su primer libro, «El sendero para la paz». La familia ha sufrido las amenazas de ETA en carne propia. El suegro de Telma, autor de libros, ex diputado nacional, refundó el PP en la comunidad y lo presidió, también es profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Navarra, donde han estudiado sus seis vástagos. La familia está vinculada a empresas del sector tecnológico e hidroeléctrico. Hoy los hijos llevan las riendas de los negocios, incluido un bufete en Pamplona.

Oviedo, M. J. IGLESIAS

El monasterio de San Salvador de Leyre, enclave elegido por Telma Ortiz Rocasolano y Jaime del Burgo Azpíroz para casarse, es para los navarros algo así como el santuario de Covadonga para los asturianos. Se alza sobre el ramal del Camino de Santiago que discurre siguiendo el río Aragón, pasando por Jaca. El conjunto se encuentra en una balconada natural de la falda sur de la sierra de Errando o de Leyre, la primera sierra prepirenaica sobre el canal de Berdún. La abadía, fundada por la orden benedictina y posteriormente regentada por cistercienses, tuvo una gran relevancia en la historia de reino de Pamplona-Nájera y posteriormente en el de Navarra, así como en la Reconquista. Allí se encuentra el panteón de los primeros monarcas del reino de Pamplona. El conjunto monástico pertenece a la Comunidad Foral de Navarra, que lo cedió a los Benedictinos, sus primeros moradores.