Scott McKenzie es referencia hippy, un momento de la cultura pop que desembocó en todo un chorro creativo, años de facturación musical muy potente de donde salieron decenas de bandas, algunas muy constantes. McKenzie es uno de esos ejemplos de éxito longevo con una sola canción, una pieza, «San Francisco», que escribió John Phillips, un posterior «The Mamas and The Papas». Phillips y McKenzie tuvieron una buena relación artística antes de que el primero tocara la gloria. Esos primeros periplos en que los vaivenes entre grupos eran intensos aumentó la riqueza interpretativa de McKenzie.

Scott McKenzie falleció a los 73 años y nunca se desprendió de esa canción tan suya por asimilación, ya que sus numerosas versiones no alcanzaron la identidad de la de este intérprete nacido en Florida. De hecho, ni la versión de la banda de Mama Cass y compañía hizo poner en duda que la adaptación de McKenzie fue la elegida por la historia, para quedar en la memoria colectiva del personal.

Aún más, a McKenzie se le identifica por esa canción exclusivamente. Y aún más, entre las decenas de discos históricos de la época, sean recopilatorios a granel, sean temáticos, no lo hay que no abra la colección con esa pieza, que es una balada un tanto almibarada e icono hippy, como se significa en su texto («Flores en el pelo»).

No obstante, de ser un ejemplo de los tantos que hay de «un éxito para toda una vida», el músico había tenido una sólida actividad musical en los años sesenta, con su participación en varios grupos, uno de ellos, precisamente, con John Phillips, y desarrollando diversos proyectos durante casi una década. Incluso en los últimos lustros dio alguna gira que otra emulando con viejos compañeros de viaje aquel pop-folk que tanta vida dio al llamado verano del amor.

«San Francisco» apareció en el año 1967 y desde entonces, y con ella, se reconoce la voz de McKenzie. Ventajas e inconvenientes de «marcarse» con un himno.