Oviedo, J. A. O.

Un millón de euros de precio por 120 hectáreas de terreno en una zona de especial protección medioambiental y con una casa de 600 metros cuadrados que ya está en rehabilitación. Éstos son los grandes números de «El Penitencial», la finca de la sierra de Guadalupe, en Cáceres, que acaba de adquirir el ex presidente del Gobierno Felipe González, de 71 años de edad, para disfrutar de un retiro dorado junto a su actual esposa, Mar García Vaquero, de 52. El dirigente socialista, que ha salido malparado económicamente del divorcio de Carmen Romero, cumple así su viejo sueño de tener una casa de campo para pasar los fines de semana.

González ha comprado la finca al empresario Joaquín Vázquez. Se trata de un constructor emparentado con la familia Franco por el matrimonio de una de sus hijas, próximo al Rey y que hizo negocios con Mario Conde antes de la caída en desgracia del ex banquero. Además, Vázquez, que ejecutó hace años una remodelación del palacio de la Zarzuela, también mantiene desde hace años una relación de amistad con el asturiano Francisco Sitges, ex presidente de Asturiana de Zinc.

Sitges y Vázquez forman parte de lo que se dio en llamar el «clan de las 4 estaciones», que se reunía habitualmente en un restaurante madrileño propiedad de Miguel Arias, amigo íntimo y profesor de esquí del Monarca. Jaime Cardenal, empresario ya fallecido, que compartía esos fuertes vínculos de amistad con el Rey, también formaba parte del grupo.

Los miembros del «clan» -y también don Juan Carlos- iban a cazar con cierta asiduidad a la finca «El Común», propiedad de Vázquez, de la que forma parte el terreno que acaba de adquirir Felipe González. Por cierto, el ex presidente del Gobierno ha sido otro invitado habitual del constructor durante los últimos veinte años, aunque los vecinos de Guadalupe no le hayan visto jamás paseando por sus calles. Las hermanas Koplowitz, entre otros destacados empresarios, también disfrutaron de la finca.

«El Penitencial», denominación que González tratará de cambiar, está cerca de una base militar y de un helipuerto. Con acceso por la carretera que une la sierra de Guadalupe con Navalmoral de la Mata, la finca es muy difícil de localizar, ya que se encuentra en un territorio muy abrupto y con una exuberante vegetación.

Las obras de rehabilitación de la casona de dos plantas de «El Penitencial», en desuso desde hace años, ya han comenzado, según avanzó el diario «El Mundo» el pasado sábado. La licencia no fue presentada al Ayuntamiento de Villar de Pedroso directamente por González. Quizás con el ánimo de no desvelar la transacción, la petición fue realizada a través de la empresa Agrícola El Común, propiedad de Vázquez.

Sin embargo, una hija del ex presidente, María González Romero, habría telefoneado al Consistorio el pasado jueves para interesarse personalmente por los trámites necesarios para empadronar a un matrimonio de nacionalidad rumana, que, según la información de «El Mundo», hará de guarda de la finca. La hija de González también habría preguntado por los colegios de la zona a los que podrían acudir los hijos de los futuros guardeses. En principio, acudirán al centro de Guadalupe, que está situado a doce kilómetros de distancia.

Además de las gestiones para la rehabilitación de la casa, el Ayuntamiento de Alía, el otro municipio cacereño que alberga la extensísima posesión de «El Común», ha recibido recientemente una solicitud para una nueva línea eléctrica de media tensión. En este caso, la petición es de la consultoría Iacon, que es propiedad de González.

Según cuenta Javier Chicote en el libro «Socialistas de élite», las diferentes actividades profesionales y las asignaciones de Felipe González le suponen unos ingresos anuales de unos 600.000 euros. Es consejero independiente de Gas Natural, con un salario de 126.500 euros compatible con su retribución pública como ex presidente. Su tarifa como conferenciante supera los 80.000 euros.

González creó en 2011 Iacon Consultoría y luego la sociedad gestora de capital riesgo Tagua Capital, con su yerno, Eric Bergasa, como socio. El histórico líder socialista se vio obligado a congelar recientemente Tagua por la falta de inversiones. El de Tagua no es el único revés económico que ha tenido Felipe González recientemente. Según diversas informaciones, la eurodiputada Carmen Romero no aceptó de buen grado la ruptura de un matrimonio de 39 años. Además de quedarse con el domicilio conyugal de Somosaguas (Madrid), exigió unas condiciones mucho más duras de lo habitual para un régimen de gananciales como el que tenía con el ex presidente, que, pese a todo, ya tiene la finca que tanto anhelaba.