Podía haberse llevado más dinero, pero no en un momento más oportuno. A Gabino Fernández Noriega, vecino de Suarías (Peñamellera), parado al igual que su mujer, Carmen Ortega, y con dos hijos pequeños a su cargo, se le escapaban ayer las lágrimas al pensar en su buena suerte. Fernández Noriega tiene 41 años, es trabajador del sector de la construcción y está sin empleo desde el pasado mes de abril. Ahora, al menos, cuenta con los 20.000 euros del décimo que compró a la asociación "El Cantu la Jorma", que repartió los siete millones de euros del cuarto premio con el número 67.065, una noticia de la que se enteró por el ruido de los cohetes, cuando sus vecinos ya estaban celebrándolo. Su familia también resultó agraciada, pues sus padres compraron otro décimo y uno de sus hermanos se llevó los 4.000 euros de una participación. Fernández Noriega tiene claro el destino de su dinero: "Agujeros y más agujeros". La suerte se repartió mucho y muy bien en Suarías, donde hubo otros ejemplos de premiados sin empleo. Es el caso de la hija de Milagros Corao, que el pasado mes de octubre se quedó sin trabajo y había comprado un décimo, al igual que su hermano, a quien tampoco le viene mal, pues es empleado del transporte, un sector también atraviesa un momento difícil.

A Aitor Suárez, los 50.000 euros que le tocaron le vienen "de maravilla". Fue uno de los premiados en el café La Terraza de Oviedo, donde se repartieron cinco millones de euros del tercer premio, el número 51.689. Este ingeniero informático técnico de 27 años lleva cuatro en el paro "con alguna excepción de trabajos esporádicos, pero de corta duración". Suárez compró sólo un décimo, "porque ando justo", pero se mostró feliz por "un pellizco que ayuda a desahogar" y con el que pretende ayudar a sus padres pensionistas, "porque durante todo este tiempo ellos me han ayudado a mí". "No lo pongas en el periódico que luego lo ven y no me puedo arrepentir", bromeaba entre risas.