La sidra natural asturiana, servida con el tradicional escanciado, se ha consagrado este año como producto gourmet, con su presencia en el certamen "Madrid Fusión", cumbre gastronómica que descubre las tendencias internacionales más vanguardistas, a la que acuden profesionales de todo el mundo.

Es la primera vez que la bebida regional acude a la cita madrileña en su variedad más típica, a diferencia de otras ediciones en las que se presentaron otros tipos de sidras. Cocineros de la talla de los asturianos José Andrés, radicado en Estados Unidos desde hace años, Pedro Morán y su hijo Marcos Morán, Nacho Manzano, el bodeguero Carlos Falcó y Fernández de Córdova, marqués de Griñón, o el presidente de la Real Academia Española de Gastronomía, Rafael Anson, así como numerosos periodistas extranjeros y visitantes asiáticos, disfrutaron a lo largo de tres días, que culminaron ayer, de la cata de sidras, que se codearon de tú a tú con los mejores vinos y licores del mundo.

Los campeones del concurso regional, Jonathan Trabanco y Wilkin Aquiles, se encargaron de servir la bebida, a través de una iniciativa promovida por la Oficina de Turismo de Gijón, a través de Gijón de Sidra, cuyo comisario, Iván de la Plata, considera que la sidra ha alcanzado estos días el estatus que merece entre las últimas tendencias gastronómicas.

"Ya era hora de que nuestra sidra estuviese presente en un evento de este nivel", señala De la Plata. En su opinión, la bebida ha hecho un excelente papel, a tenor de los comentarios de quienes la fueron probando. José Andrés no perdió la ocasión de presumir ante sus compañeros chefs de las excelencias de uno de los emblemas de su tierra natal (es de Mieres aunque actualmente cuenta con ciudadanía estadounidense). Hasta una de las finalistas del programa "Masterchef" se atrevió a escanciar. La sidra que se llevó a Madrid pertenece a los lagares La Morena, Menéndez, Trabanco, El Gobernador y Acebal, éste último ganador de la edición más reciente de Gijón de Sidra.