Cuentan las crónicas que Kate Middleton rompió el pasado jueves con la tradición y plantó a la reina Isabel no acudiendo, por primera vez desde su matrimonio con Guillermo, a la tradicional comida que se celebra tras la misa de Navidad, en Sandringham. Los duques de Cambridge sí acudieron a la ceremonia litúrgica, acompañados de la familia Middleton, con la que acabarían almorzando. E incluso dieron explicaciones a un ciudadano que les preguntó por qué no estaba su hijo. "Es un poco ruidoso. Lo siento", dijo Kate. Tampoco asistió Camila Parker Bowles, afectada de fuertes dolores en la espalda.