Carlota Isabel Diana de Windsor ha desplazado del trono mediático a la primogénita de la princesa Carolina de Mónaco, hasta hace poco más de una semana, la única Carlota de la realeza, portadora de un nombre con amplia historia en las cortes europeas.

Y es que si la Carlota monegasca, octava en la línea sucesoria del Principado, lleva ese nombre por su bisabuela, la madre del difunto príncipe Rainiero, la Charlotte británica lo recibe por motivos tan variados como el que éste sea la versión femenina del de su abuelo, Carlos, príncipe de Gales, y que también haya sido el apelativo de varias ilustres antepasadas.

Por lo pronto, la pequeña, nacida el pasado sábado 2 de mayo, en el Hospital St. Mary de Londres, aventaja en pedigrí a la bella monegasca, que, aunque está considerada algo así como la princesa de Europa, no ostenta título oficial alguno.

En cambio, a Charlotte de Windsor, como nieta por vía masculina de un soberano británico - en este caso soberana- le corresponde portar el título de princesa y el tratamiento de su alteza real. Hasta ahora ese honor recaía solamente en sus primas, Beatriz y Eugenia, hijas del príncipe Andrés, duque de York, y de su ex, Sarah Ferguson.

La prerrogativa principesca también le corresponde legalmente a Louise Windsor, hija del príncipe Eduardo, conde de Wessex, y de Sofia Rhys-Jones, pero la niña es tratada únicamente como lady, por expreso deseo de sus padres. Zara y Peter Phillips, los otros primos en liza, hijos de la princesa Ana, son nietos de Isabel II por línea femenina, por lo que sólo podrían llevar el título y tratamiento de su padre, el capitán Mark Phillips, que no tiene ninguno. Fue en 1917 cuando el rey Jorge V decretó que el rango de alteza real (HRH, que significa her o his royal highness en inglés), sólo se aplicaba para el monarca, sus hijos y el primer nieto del príncipe de Gales. Ése es el motivo de que en casi 100 años la familia real inglesa sólo haya tenido 20 princesas. Si esas normas siguieran vigentes la segunda descendiente de los duques de Cambridge sería conocida como lady Charlotte Mountbaten-Windsor. Las reglas cambiaron cuando Isabel II permitió que todos los hijos del heredero mayor del príncipe de Gales pudieran llevar la dignidad real, algo que también ocurre en España, aunque el Principado de Asturias se reserva para la primogenitura.

El corresponsal real de la BBC, Peter Hunt, ha revelado que se informó del nombre a la reina y a otros miembros de la familia real antes de que éste fuera hecho público. Indica que cuando se le preguntó a un funcionario del palacio de Kensington por qué la pareja había elegido esos nombres, éste respondió: "Bueno, dejemos que los nombres hablen por sí mismos". Y vaya si lo hacen. Elizabeth y Diana no requieren demasiada explicación, porque son los de la bisabuela y abuela paterna de la niña, respectivamente.

Queda ahora por ver si la flamante princesa supera o iguala en belleza a Carlota de Mónaco. No lo tiene fácil. Con título o sin él, la joven amazona, pareja del actor francés Gad Elmaleh con quien tiene un hijo, está considerada todo un referente estético, y heredera del glamour de su madre y de su abuela, Grace Kelly.

De momento, Catalina Middleton viste a su hija con prendas clásicas de bebé, varias de factura española por influencia de la niñera real, Teresa Turrión, y del propio gusto de la duquesa, apasionada de las botas de Valverde del Camino y de vestidos estampados como el de flores amarillas de Jenny Packham que llevó a la salida de la clínica.