"La Guardia Civil para a un conductor que llevaba a 'la novia cadáver' de copiloto". Parece surrealista. O, cuanto menos, un titular macabro. Pero le ocurrió a Juan Villa (Luarca, 1978), orfebre del misterio, el artista asturiano que realiza todas las recreaciones que le encargan los periodistas Iker Jiménez y Carmen Porter para "Cuarto milenio". Lo insólito ya le rodea de tal forma en su vida cotidiana que no sorprende que le pueda suceder algo así.

Salía de su taller, en Valladolid, con la furgoneta llena de figuras para el popular programa televisivo. "Ya no tenía sitio. Así que pensé que no había mejor forma que sentarla de copiloto, con el cinturón puesto. Vivo metido en un taller lleno de cadáveres y vampiros. Para mí es algo normal", cuenta con gracia Villa. Su compañera de viaje era "la novia cadáver", una de las momias que se exponen, junto con cientos de figuras, en la exposición de "Cuarto milenio" que alberga el palacio de Revillagigedo, dentro del festival Metrópoli. La surrealista discusión entre la Benemérita y Villa queda para la intimidad.

Ahora, el asturiano está encantado de poder exponer su cuantiosa obra en Gijón. "La tierrina siempre tira", afirma. Su madre es maliaya y su padre, de Carbayín. Vivió en Luarca hasta los ocho años. Por aquel entonces ya le atrapaba el misterio. "Recuerdo haber visto en el cine de Luarca 'E.T.' y 'La Historia Interminable'. Me fascinaba cómo se podía llegar a hacer esas figuras en el cine y transmitir esa magia", cuenta. Ya pensaba en modelar el misterio. "No he hecho otra cosa nunca", añade.

Su objetivo era precisamente terminar trabajando para la industria cinematográfica, pero acabó en la televisión de la mano de Iker Jiménez. "Es todavía mejor", afirma sin reservas. El popular periodista se quedó prendado de su obra en una exposición organizada por la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses. "Conjugábamos crimen y arte. No era una morboso", recuerda Villa. Jiménez empezó a probarle en el programa hasta afianzarse un "matrimonio".

Así, Villa y su equipo viven volcados para "Cuarto milenio". Resuelven los encargos con maestría "en apenas tres o cuatro días". Ya sean piezas gigantescas, como las de algunos de los animales fabulosos; o detallistas, como el venerado esqueleto del "niño compadrito" o las réplicas exactas de las momias de "la dama de Cao" o el general Prim. Todas ellas, incluidas en la exposición del Revillagigedo.

"Es muy complicado que me quede con alguno de los trabajos. En cada uno nos volcamos al 200%. Porque da igual lo que ya hayamos hecho cuando nos encargan algo para un nuevo capítulo. Es la grandeza o desgracia de la televisión", explica el artista asturiano.