Un hombre de Casper, Wyoming (EE UU) fue encontrado por la policía en un control de tráfico con 30 ojos en el ano. Ante la inicial sorpresa de los agentes, que lo tomaron por un asesino, el individuo explicó que eran ojos de vaca obtenidos en el matadero donde trabaja. "Los pongo en la sopa, son buenos para la disfunción eréctil", declaró, tras explicar que los cogió metiéndoselos en el colon para que nadie se diese cuenta de la desaparición.