Eran las 22.30 horas del miércoles 29 de julio cuando el calor sofocante del Multiusos Fontes do Sar de Santiago de Compostela dejó paso a la autoridad y la potestad de un auténtico "Local Hero", Mark Knopfler. Con un repertorio de catorce canciones, algunas de ellas de larga duración y compleja factura musical, todos los allí presentes caímos en un profundo estado de hipnosis.

"A Broken Bones", tema de su último disco, "Tracker", le siguieron "Corned Beef City" y "Privateering", pertenecientes a su anterior trabajo. El primer punto de inflexión del concierto lo protagonizó "Father & Son" (banda sonora de Cal), donde brillaron con luz propia la gaita irlandesa de Mike McGoldrick y el whistle de John McCusker.

Tras las entretenidas y dinámicas "Hill Farmer's Blues" y "Skydiver", donde Knopfler incitó al público a corear los estribillos, llegó el momento que nunca olvidaremos, con versiones eternas de "Romeo and Juliet" (acompañada del fabuloso saxo de Nigel Hitchcock) y el universal "Sultans of Swing", al que siguió el inevitable "oe, oe, oe, oe..." del público, con acompañamiento instrumental de todos los músicos. La sorpresa de la noche fue "Your Latest Trick", uno de los singles del disco "Brothers in Arms", incorporada in extremis a la gira.

Con "Postcards from Paraguay", Knopfler presenta a su banda, formada por virtuosos intérpretes, como él mismo destaca. A los instrumentistas anteriormente citados hay que añadir a los norteamericanos Jim Cox (teclados), Glenn Worf (bajo y contrabajo) y Richard Bennet (guitarra), todos ellos primeros espadas de la escena de Nashville. Tampoco se olvidó del baterista galés Ian Thomas y de su fiel escudero desde los tiempos de "Dire Straits", Guy Fletcher (teclados). La fuerza y la intensidad de "Speedway at Nazareth" y "Telegraph Road" nos llevaron a los bises, donde el genial guitarrista tampoco reniega de su pasado, brindándonos un "So Far Away" inolvidable y un "Going Home" que hizo saltar las lágrimas a gran parte del público.

Y cuando abandona el escenario un artista eterno, imprescindible, que sigue escribiendo páginas de oro en la historia de la música popular de dos siglos, al que suscribe sólo le queda un pensamiento: una vez más, y para siempre, Mark Knopfler...