Maribel Verdú vuelve a las pantallas españolas con una comedia argentina que allí ha sido un auténtico taquillazo, "Sin hijos", donde da vida a una mujer a la que los niños le parecen seres horribles que quitan la libertad: "Nada que ver conmigo", asegura la madrileña, madre mil veces en el cine.

"Sin hijos" aborda una pregunta que Verdú, casada desde 1999 con Pedro Larrañaga, ha respondido infinidad de veces, aunque, como dice su personaje en la película, habría que saber "por qué no le hacen esa pregunta a ningún hombre". "A mí me encantan los niños, pero no para tenerlos; es una opción, no ninguna obligación sólo por ser mujer", aclara la actriz (Madrid, 1970).

"He hecho (en el cine) de madre buena, de sufridora siempre y, de repente, me dan la madrastra de 'Blancanieves'. Esta película es sólo una casualidad: Vicky (su personaje) no tiene hijos, y yo tampoco", comenta.

Vicky, secretamente enamorada de Gabriel (Diego Peretti) desde su adolescencia, se reencuentra con él por azar. Ocho años después, ella le busca en Buenos Aires, y él, que se acaba de divorciar, se atreve a intentar una relación con ella. No obstante, a Vicky no le gustan los niños, y Gabriel decide ocultar que es padre. La actriz, ganadora de dos "Goya", concede que "todos los personajes tienen siempre algo de uno (...), pero ésta es una mujer libre, sin ataduras de ningún tipo, sin responsabilidad alguna". "No tiene nada que ver conmigo o muy poco. No soy así para nada: me responsabilizo absolutamente con todo en mi vida, muy pragmática", recalca.

Cualquiera en su lugar estaría harto de responder una y otra vez a la misma pregunta, pero Verdú lo hace sonriendo: "Cuando te gusta una película, aguantas todas esas cosas". Y sonríe también cuando se le recuerda que el director Ariel Winograd la eligió porque conocía su forma de pensar. "Y la verdad es que se lo agradezco porque desde 'La buena estrella' me toca ser madre todo el rato, y esta peli en la que no lo soy me gusta. Y ha sido divertido rodar con Diego y con esa niña...".

La niña es Guadalupe Manent, una debutante en el cine de 9 años a la que Winograd escogió entre seiscientas aspirantes tras verla cantar en el programa de Susana Giménez en Telefe, todo un 'crack', con sus ojos y uñas pintados a juego y mechas en el pelo, que deja a Verdú sin palabras. "Esta niña no es una niña normal", afirma abriendo mucho sus expresivos ojos negros.