La duda sigue cerniéndose sobre Alexander Wang: ¿está el "enfant terrible" de la moda neoyorquina dando un paso en falso hacia la madurez? Su nueva colección en la Semana de la Moda volvió a tener una puesta en escena espectacular que disimuló lo que, en lo textil, estuvo lleno de flaquezas. No faltaron Lady Gaga ni Nicky Minaj. Wang tuvo la genial idea de hacer su desfile en una gran sala de cine, con la pasarela por delante de la pantalla y el público sentado en anfiteatro. Después del patinazo neogótico del pasado febrero, Wang se lanzó a lo urbano sin paracaídas y salió con más de algún rasguño. Corrió el riesgo de combinar lo incombinable (sudaderas de capucha con faldas de saco, por ejemplo), pero también a veces simplificó hasta niveles de moda low cost (¿camiseta blanca a qué precio?). Hubo algunos aciertos, como dar un giro de glamour al mono obrero o apostar por la prenda estrella del momento, el peto, por lo demás mucho relleno de rejilla.