No son nuevos pero sí poco conocidos. Y lo saben. A pesar de que la Guardia Real se creó ya en tiempos de Fernando el Católico estos militares que trabajan al servicio de Sus Majestades siguen llamando la atención allá donde van. Y Gijón no podía ser menos. La plaza de toros de El Bibio se llenó ayer de curiosos que querían disfrutar de la primera visita en Asturias de estos profesionales. "Me gusta mucho el Ejército, las armas no tanto pero respeto mucho su trabajo", señaló durante el espectáculo el gijonés Daniel García, que acudió a El Bibio acompañado de su hija Valeria, de diez días y Hugo, de dos años.

Durante más de una hora y media los miembros de la Guardia Real mostraron cómo se trabaja en situaciones extremas. Recrearon búsquedas de explosivos o enfrentamientos cuerpo a cuerpo con la ayuda de perros, caballos y vehículos. Para desplegar todo este espectáculo trabajaron casi un centenar de militares. El resto de los 550 miembros del Ejército que estos días visitan Asturias realizaron varios ejercicios de entrenamiento en otros concejos. "En este tipo de visitas se aprovechar para mostrar las diferentes unidades a la gente pero también para poder llevar a cabo entrenamientos y prácticas. En este sentido en el Principado hemos podido aprovechar mucho por su orografía", explicó el responasble de comunicación César Paz. Las actividades no acabaron ahí. A las ocho de la tarde, después de compartir juegos y "entrentamientos" con decenas de niños en las inmediaciones de la plaza de toros los miembros de la Guardia Real se desplazaron a Oviedo a asitir a un concierto de su Unidad de Música. Era su penúltima parada en el Principado. Una ofrenda a la Santina servirá hoy de colofón a la visita.