Series de televisión, arquitectura, pintura, la selva africana y hasta las playas de Torremolinos. Las inspiraciones para las colecciones que se presentaron ayer en la segunda jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid, antigua Cibeles, parecían tener pocas cosas en común, pero el nexo acabó siendo evidente. Los modistos españoles ven a la mujer del verano 2016 como urbana, delicada y muy femenina. Adiós a los grandes artificios, lo que importa es que ella sea la protagonista. Los vestidos en todos sus largos, mini, midi y maxi; los colores pastel, los pantalones boyfriend (anchos en el tiro y estrechos en el tobillo), las espaldas y los hombros descubiertos y las mezclas de tejidos darán mucho que hablar en la próxima temporada estival.

Moisés Nieto y una clara declaración de intenciones, "sea, sex and sun" (mar, sexo y sol), dieron el pistoletazo de salida. Una vuelta a los arenales de la Costa del Sol de los 60 y 70, con las suecas como protagonistas, proponen el regreso de los miniculottes de algodón efecto toalla, las faldas de punto a media pierna, y los alegres vestidos sesenteros con volantes. Las blusas llevan lazadas al cuello y las mangas se abullonan al llegar a la muñeca. Las transparencias son una apuesta segura y el brillo de las lentejuelas también. Nieto insiste en la tendencia de enseñar el ombligo, gracias a los crop tops, otro verano más. Y de la playa, a Japón, de la mano de Ulises Mérida. Los "haikus", los poemas breves nipones, se transforman en prendas gracias a su majestuosa habilidad para fusionar el diseño con otras disciplinas artísticas. 23 looks que componen una carta de color que va creciendo de los grises metalizados al azul noche, pasando por los morados, los magentas, el fucsia y los naranjas. Y lo hacen al mismo ritmo que los tejidos, de los más armados a los más ligeros. Vestidos aparentemente sencillos que se convierten en piezas de clase alta con espaldas de escotes vertiginosos y joyas XL en plata, diseñadas en exclusiva por Room n.º 13. Las estructuras más arquitectónicas abren el camino a las más vaporosas, modeladas directamente sobre maniquí, la forma de crear que vuelve loco a Mérida. Abrigos con la clásica manga japonesa de la casa, escotes que son descolocados de manera intencionada, pantalones boyfriend, camisas básicas de lino y zapatos monocolor en azul Klein, diseñados por la firma asturiana Miss García.

Y de Asia, a la jungla de África con Andrés Sardá. Lencería de lujo y una puesta en escena que no tiene nada que envidiar a las grandes firmas norteamericanas. Colores caqui y marrón, camisas con cinturones de expedición y bolsillos sobre encajes. Siluetas ajustadas, flecos, plumas, animal print y trenzas de inspiración tribal. Y de un safari, al asfalto. Roberto Torretta tiñe de rosa empolvado sus monos y sus pantalones de tiro amplio con volante delantero para difuminar, porque la silueta más frecuente en su propuesta es estrecha. El look monocolor es frecuente en esta colección que destaca por su actualidad, su feminidad y su delicadeza en los cortes. Sólo lo altera un estampado jungla en tonalidades verdes. Los trajes de noche bajan hasta el tobillo con vestidos columna y los midi y mini mandan en el día. Los escotes delanteros cobran protagonismo por encima de las espaldas. No faltan las transparencias, su clásica piel negra (y también metalizada) y las joyas XXL.

Las formas circulares mandan en el verano 2016 de Amaya Arzuaga. Los tejidos tecnológicos, de aspecto duro y armado, crean siluetas románticas gracias a los pliegues y a los juegos de volúmenes. Pantalones boyfriend transparentes, zuecos con calcetines, faldas en forma de campana, monos y superposiciones de tejidos. El blanco, el negro y el nude se salpican con ligeras notas de amarillo, rosa palo y verde menta. En una línea contraria aparece Juanjo Oliva. Alejado de cualquier artificio, el modisto madrileño presentó su colección Elogy, justo el año en el que cumple 15 años de carrera; una celebración que ha confirmado llegará a lo largo de este año. Rescatando los vestidos que ha hecho durante este tiempo, los ha reinventado y adaptado a su línea más comercial y asequible. Los plisados, en diferentes anchos, y los total block, los looks en un solo tono, mandan. Oliva crea su propia carta de color, partiendo de un estampado de rayas y presentando un diseño en cada uno de sus colores favoritos de cada tonalidad. Verdes, azules, naranjas, violetas, rosas, amarillos y blancos. Los cinturones cobran fuerza, realizados en piel natural, al igual que las sandalias de tacón ancho y las babuchas que suben atadas hasta la rodilla.

La serie de televisión "A dos metros bajo tierra", el amor y los recuerdos son el hilo argumental del "Foreva", de Ana Locking. Mostrando su cara más romántica, bastante oculta hasta ahora, la madrileña elaboró una colección llena de detalles. La mezcla de tejidos y los volantes son imprescindibles, al igual que los tonos pastel. El neopreno de verano se funde con las gasas, los vestidos llevan plisados improvisados, las camisas se cubren con cuellos de ante en print animal con referencias al estilo americano, y la cintura se marca en casi todos los looks. No faltan los petos, las faldas pantalón, los bodys ni las notas en flúor. "Son esas noticias inesperadas las sorpresas de la vida", explicó la creadora a LA NUEVA ESPAÑA. El cierre de la jornada lo puso Hannibal Laguna y su femenina y elegante alfombra roja. Vestidos de tejidos vaporosos en constante movimiento, drapeados en el escote y la espalda, y bordados y encajes que se pegan al cuerpo como una segunda piel. La combinación de morado y negro es la ganadora, al igual que las faldas lápiz, las siluetas cincuenteras y los escotes sexy, en forma de corazón o bañera.