Antes que como escritora Irene Villa se define como una "transmisora de mensajes" que acaba de publicar su segundo libro. En él insiste en una de las máximas que aplica en su día a día: "Quien ríe más soporta mejor el dolor".

"Como el sol para las flores" (Espasa) es el título de una novela optimista escrita por una siempre vital Irene Villa, un relato en el que comenzó a trabajar durante el embarazo de su segundo hijo, Gael, nacido hace cinco meses. Compagina los cuidados del bebé con una actividad frenética como conferenciante, coaching y otras muchas actividades más.

Irene Villa, que "no tiene piernas pero vuela", una mujer que usa su experiencia con el dolor "para comprender mejor el de los otros", según se encarga de destacar en la solapa del libro la escritora Rosa Montero, se planteó escribir esta novela después de visitar en Palma de Mallorca la Fundación Nazaret, dedicada desde hace más de ochenta años a cuidar de chavales abandonados.

"Fui a dar una charla sobre herramientas para superar la realidad, y salí más sorprendida y más llena de lo que yo iba a darles: esperanza. Allí vi cómo chavales procedentes de entornos duros encontraban amor, educación, cariño, atenciones, horarios, disciplina... Y hacían de ellos niños nuevos". De ahí el título del libro, sacado de una cita de Concepción Arenal. "El amor es para el niño -decía- como el sol para las flores; no le basta pan, necesita caricias para ser bueno y fuerte".

Irene Villa sufrió en 1991, siendo una niña, junto a su madre, un gravísimo atentado de ETA que la dejó sin las dos piernas y tres dedos de una mano, y lo que pudo derivar en amargura es, "y será siempre", felicidad, generosidad, optimismo y ganas de vivir. "Lo mío no es heroico. Los niños se adaptan a todo. Heroico fue lo de mi madre, que tenía entonces 40 años y perdió el brazo derecho, que es mucho más que las dos piernas. Siempre soy yo la protagonista y mi madre fue la que tiró de toda la familia".