París celebró ayer su jornada anual del "día sin coches". Las principales arterias de la ciudad, coincidiendo con la jornada festiva, quedaron por unas horas a merced de los peatones, sin ruidos ni atascos. Cientos de miles de personas se dieron cita en el paseo de los Campos Elíseos para disfrutar de un asfalto inédito. Hubo quien durmió una siesta en plena calzada o quienes prepararon un pic-nic aprovechando las temperaturas más veraniegas que otoñales.