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La tropa asturiana de Coppola entra en combate

Cinco devotos de "Apocalypse now" asisten a la proyección en el Filarmónica de un título que su "coronel Kilgore" ha visto 200 veces este año

-¿Lo hueles, hijo? ¿Lo hueles?

-¿Qué es?

-Napalm, hijo; nada del mundo huele así. Amo el olor del napalm por la mañana.

El ovetense Pelayo Álvarez ha escuchado ese diálogo doscientas veces en lo que va de año. Ayer, en la proyección de "Apocalypse now" en el teatro Filarmónica de Oviedo, lo escuchó una vez, pero, siendo una ocasión especial, lo hizo junto a la tropa de la Asociación Arhem, dedicada a la recreación histórica desde 2008 de conflictos armados del siglo XX. Álvarez iba vestido con el mismo uniforme que lucía el "coronel Kilgore" (encarnado por el actor Robert Duvall) en la película de Francis Ford Coppola, incluido el famoso pañuelo amarillo y una réplica exacta del sombrero de caballería visto tantas veces en los "westerns". Una vestimenta que llama poderosamente la atención en una de las secuencias más famosas de la historia del cine, protagonizada por un Kilgore enloquecido que se preocupa más por las olas como fanático del surf que por las bombas que explotan a su lado o la agonía de seres humanos ametrallados al son de la "Cabalgata de las walkirias".

"Hay gente que va vestida de elfo al estreno de 'El señor de los anillos', nosotros lo hacemos de soldados". Atuendo que es homenaje y también exhibición de una pasión ilimitada que les convierte durante unas horas en parte sentimental de una película mítica, reviviendo a su manera pacífica un episodio bélico como fue la guerra de Vietnam. No es de extrañar que tengan otro título famoso en su punto de mira cinéfilo: "La chaqueta metálica", de Stanley Kubrick. Y todo lo que se ponga a tiro de aquel conflicto.

En el ya largo e intenso debate entre los aficionados al cine sobre las diferencias entre la versión inicial y la Redux en la que se incorporaban nuevas escenas, el "coronel Kilgore" asturiano lo tiene claro: "La buena es la primera, tiene más tacos, es más bélica. Pero es difícil de encontrar". Ayer se proyectó esa versión: motivo de más para sentirse como Kilgore oliendo napalm. Lo que no comparte con su personaje es la pasión por el surf. Tampoco ejerce de superior con sus compañeros: "No, no, ante todo somos amigos". Camaradas, como Vicente Suárez, también de Oviedo, que tenía una pregunta preparada para formular a Coppola si llegara la oportunidad: ¿qué le llevó a rodar en Filipinas?

Por supuesto, todos ellos se saben al dedillo las mil y una anécdotas de un rodaje que fue, en sí mismo, una batalla diaria y que casi aniquiló la cordura del director. "Costó mucho encontrar al protagonista, Martin Sheen, incluso el rodaje empezó con otro actor, Harvey Keitel". ¿Y Sheen como soldado qué tal, porque no es un intérprete al que asociemos a uniformes y combates...? Deciden ser generosos: "Un siete alto".

Posan para la fotografía "como si no hubiera una cámara delante" (orden / consejo de Kilgore de procedencia también peliculera) y reconocen que encontrar la ropa no fue fácil. Pero, eso sí, lo que lucen es copia fiel de lo que se usó en la película, incluidos los emblemas. ¿La vía? Internet.

Ha llegado la hora de la verdad. Kilgore y sus hombres (desarmados en este caso) se disponen a entrar en la sala para ver "Apocalypse now" como si fuera la primera vez, disfrutando en segunda fila de ese arranque antológico en el que la jungla arde en llamas al son de "This is the end" de Jim Morrison entrecruzado con el sonido de los helicópteros. Pero antes su coronel se da la vuelta e insiste:

-¿Lo hueles, hijo? ¿Lo hueles?

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