El Museo Thyssen-Bornemisza viaja al Oeste y lo hace a través de uno de los terrenos de su colección más inexplorados y al que se quiere poner en valor, en la exposición "La ilusión del Lejano Oeste". El barón Hans Heinrich Thyssen fue el primer coleccionista europeo que apostó por los artistas americanos del siglo XIX que se adentraron en los territorios del Oeste norteamericano y mostraron sus paisajes, así como unas formas de vida que estaban en proceso de desaparición.

Las del barón, gran aficionado a la literatura y al cine del Oeste, son las únicas obras que existen en España de este periodo. Entre ellas destaca la carpeta de grabados de Karl Bodmer, así como obras de Henry Lewis, George Catlin o Thomas Cole.

A los gustos de Han Heinrich Thyssen se unen los de Carmen Thyssen, quien en la presentación de la exposición ha recordado que, durante su matrimonio con el actor norteamericano Lex Barker, quien participó en varias películas del Oeste, coleccionó obras de arte y objetos pertenecientes a este capítulo de la Historia del arte.

Muestra, a modo de los antiguos gabinetes de curiosidades del Renacimiento, pinturas, fotografías, esculturas, objetos etnográficos, libros, cómics, carteles de cine, penachos de plumas, objetos utilizados por los indios, entre otras piezas que dan vida a las leyendas sobre el Lejano Oeste.

La exposición, que comienza en los jardines del museo en los que se ha colocado una gran tienda india como introducción, se inicia con un prólogo dedicado a los exploradores españoles que establecieron los primeros contactos con las tribus, ya desde el siglo XVI.

La representación de la naturaleza desbordante y grandiosa como la de Yosemite, Yellowstone o el Gran Cañón exigió la formulación de un marco conceptual y visual apropiado.

Pintores como Thomas Cole, Albert Bierstadt y Thomas Hill, con un exacerbado lenguaje romántico, crearon obras que tuvieron gran trascendencia en la historia del arte, y fotógrafos como Carleton E. Watkins, Timothy O'Sullivan y William Henry Jackson establecieron un modelo de paisaje fotográfico que continúa vigente. Otro espacio de la muestra está dedicado a los retratos, sobre todo de jefes indios como Toro Sentado o Gerónimo, realizados entre otros por Karl Bodmer y George Catlin o los fotógrafos Adolph Muhr y Edward S. Curtis. Trajes, objetos cotidianos y rituales, armas, adornos que ilustran la forma de vida de las tribus, incluida una cabeza de bisonte, se exhiben junto a carteles de cine, películas, libros o la colección particular del editor Alfredo Lara.