J. A. VEGA

Timothy Spall fue recibido con un prolongado aplauso y con toda la sala puesta en pie. Una acogida asociada al público que acude a un festival de cine, pero en esta ocasión la ovación llegó de los medios de comunicación presentes en la rueda de prensa convocada para hablar de su trayectoria profesional. "Tengo que ser actor, no puedo parar, y reconozco que es una enfermedad, pero muy buena" confesó al comienzo de su intervención, insistiendo en que "soy un privilegiado que ha tenido mucha suerte, a pesar de las patadas en el culo que me han dado". Spall ha tenido destacadas intervenciones en más de sesenta películas, comenzando en 1978 con "Quadrophenia", y ha trabajado para directores como Tim Burton, Roland Joffé o Alfonso Cuarón. Pero sin duda, su itinerario profesional está asociado a Mike Leigh, con quien ha rodado nueve películas. No hay guiones en las películas de Leigh, comentó. Su técnica se centra en reunir a los actores y actrices y presentarles la idea básica, para desarrollar la narrativa mediante el proceso de creación. Utiliza la improvisación durante los ensayos, que llegan a durar seis meses antes de pasar al rodaje, que se hace cronológicamente, secuencia a secuencia, "con lo que los actores no sabemos lo que va a pasar, tal y como ocurrió en la escena crucial de 'Secretos y mentiras', que filmamos en una sola toma ininterrumpida de casi ocho minutos".

De todos los trabajos, Leigh se queda con el de "Mr. Turner", con el que se llevó el Premio Europeo a la mejor interpretación masculina del año pasado, tras recibirlo también en Cannes y Sevilla. Aprendió mucho del pintor británico al que da vida, y en una detectivesca tarea descubrió que "tras su exterior rudo había un hombre con una belleza y brillantez cósmica asociada a su intelecto perfecto". Tal fue el impacto "que ahora mi vida ha cambiado y lo veo todo a través de los ojos de Turner".

Timothy también habló sobre Peter Pettigrew, el personaje de la saga Harry Potter, reivindicando que "a pesar de ser la interpretación más pequeña, es el que me ha dado la fama internacional". Lamentó que se considere a Harry Potter sólo como una franquicia, porque "tiene poder para desencadenar la imaginación en los más pequeños y alentarles a la lectura".

Terminó bromeando con los periodistas al hablar de su actual aspecto físico, "nunca he estado tan en forma desde que he dejado de comer cosas que engordan, y tras perder treinta kilos me están ofreciendo papeles más interesantes".