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El sanedrín que protege a Letizia

Daniel Forcada y Alberto Lardiés deslizan en "La corte de Felipe VI" la idea de un supuesto contubernio asturiano para que el Rey se casase con una mujer de la tierra

Abajo, José Manuel Zuleta y Jaime Alfonsín. CASA REAL/LNE

Ahora va a resultar que el noviazgo y posterior boda de los hoy Reyes de España se debió a una operación sumamente calculada y preparada desde Asturias. Tal cual. Es una de las ideas que dejan caer Daniel Forcada y Alberto Lardiés en su libro "La corte de Felipe VI", recién salido a la calle.

Ambos periodistas, navarros y de 33 años los dos, deslizan la posibilidad de un encuentro amañado entre el entonces Príncipe y la periodista por lo que ellos llaman el "lobby asturiano". Un grupo frente al cual estaría Graciano García, Chano, ahora director emérito de la Fundación Princesa de Asturias. Éste fue artífice en 2001 (en pleno affaire Eva Sannum), según Forcada y Lardiés, del primer contacto de la pareja real: en unos Premios Príncipe en Oviedo. La versión oficial siempre ha remitido a una cena en casa del periodista Pedro Erquicia en 2002.

Habría que esperar dos años, hasta que de nuevo en Oviedo y en los Premios de 2003 se obtuvieran las primeras imágenes juntos de Felipe y Letizia -él, de Príncipe, ella, de periodista-, durante el saludo del primero a los profesionales de TVE. Al poco se conocería su noviazgo, que pilló por sorpresa a medio país. Pero no a los integrantes de esa especie de sanedrín de Letizia del que hablan en el libro.

"¿Acaso quienes conforman ese lobby asturiano tan bien relacionado con la corona y las altas esferas maquinaron en la sombra para propiciar el encuentro y/o unión posterior entre Felipe y Letizia, y, por ende, se trataría de una pareja buscada por terceros antes que de un cuento tan bello como se ha vendido? ¿O se trata tan sólo de una casualidad y, por ello, el origen asturiano de la reina no ayudó en absoluto a que conociera a su marido y a que posteriormente fuera aceptada en palacio?".

Forcada y Lardiés se remontan a los orígenes de la Fundación Príncipe de Asturias, ideada en 1980 por Graciano García para estrechar lazos entre el Principado y la corona, para sentar las bases de su tesis: en paralelo a la creación de la fundación se gestó la idea de casar a Felipe con una asturiana.

En torno a esto surgen nombres de sobra conocidos y que ayudaron a Graciano García en su propósito de la fundación, como Plácido Arango y Pedro Masaveu, a quienes se les unió Sabino Fernández Campo, el general asturiano que -como recalcan los autores del libro- se casó con otra asturiana, M.ª Teresa Álvarez. Los periodistas recurren al libro "Los Ortiz" de otra asturiana, Mariló Suárez, para completar la lista de nombres relacionados con el supuesto sanedrín de los Premios y la boda amañada: José Ramón Álvarez Rendueles, los Fernández-Vega, Blas Herrero, Isidoro Álvarez, Jesús de Polanco, Florentino Pérez... También citan a otros asturianos en Madrid (que en 2003 fundaron el Club Gastronómico Asturiano) que, a su manera -dicen Forcada y Lardiés parafraseando a Mariló Suárez- "cumple una función en el entramado que protege los intereses de la nieta de una vieja amiga y conocida, Menchu Álvarez del Valle".

Se cubren las espaldas: "No se trata de apuntar una conspiración judeomasónica". Pero los periodistas insisten: "No obstante, no hay duda de que, como se ha dicho, todos esos hombres de renombre con orígenes o vínculos asturianos fueron, son y serán, tanto en la corte de Juan Carlos I como en la de Felipe VI, los perfectos protectores de los intereses de Letizia".

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