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Sybilla, la aguja que vistió el arte y el rupturismo

La diseñadora española más internacional recibe el Premio Nacional de Moda, coincidiendo con su vuelta a la creación y la apertura de un taller en Madrid

Sybilla, la aguja que vistió el arte y el rupturismo

El enigma que la envuelve es casi tan grande como la calidad de sus diseños. Sybilla Sorondo-Myelzwynska (Nueva York, 1963) es una de las creadoras españolas que más ha dado que hablar, para bien, a pesar de ser una de las que menos ha hablado. Cuando ya tenía conquistadas a la crítica, las alfombras rojas y las ventas, perdió el control de su empresa y decidió buscar otros caminos para seguir confeccionando sus creaciones con una mirada internacional, la que siempre le ha acompañado. Y, cuando muchos pensaban que había llegado su fin, decidió volver a la moda española por la puerta grande. Un regreso que ha arrancando aplausos en todo el mundo y que le ha hecho merecedora del Premio Nacional de Diseño de Moda 2015 que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y que está dotado con 30.000 euros.

Su reconocimiento internacional, su influencia en la moda de varias generaciones, su compromiso con el diseño sostenible y la fidelidad inquebrantable a su estilo son algunas de las virtudes que destacó el jurado para otorgarle este galardón. Un reconocimiento que Sybilla suma al premio "Cristóbal Balenciaga", que recibió en 1987; a la Aguja de Oro de Dafnis, que se le entregó en 1988; y a la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes que se le otorgó en 2014.

Icono de los 80, de la "movida madrileña" y las mujeres Almodóvar, disfrutó durante todos los 90 de alabanzas y admiraciones. Su pasión por la costura empezó en su propia casa de Madrid, haciendo sus primeros pinitos con la modista que trabaja en su casa y reinventando los diseños y tendencias que veía en las tiendas de la capital. Sin haber cumplido la mayoría de edad, viajó a París para formarse en el taller de Yves Saint Laurent. En 1983, presenta su primera colección en Madrid, en "El pabellón" de Jacobo Siruela. Lo hace en un desfile semi-privado al que acuden amigos y conocidos. Esa primera colección, formada por 40 vestidos, es la confirmación del estilo Sybilla. Piezas envolventes, que juegan con los volúmenes, que evocan a la geometría y se inspiran en la naturaleza. De esa cita, salen sus primeros encargos, pero la creadora no se plantea la venta en tienda. Solo quiere crear y ofrecer al público prendas sostenibles que confirman que la moda es un arte. Dos años después, se estrenaría en la pasarela Gaudí de Barcelona, que supone su salto comercial gracias a una línea de zapatos que consigue gran aceptación en las ferias de Milán y Nueva York. Sybilla dispara su faceta creativa. Su casa se convierte en un punto de reunión de artistas y pensadores que le ayudan a crecer como modista y le animan a dar el paso y crear su propia firma.

Empiezan a llegar los primeros pedidos procedentes del extranjero, las alabanzas en la prensa, los primeros premios y su confirmación como joven promesa del diseño español. Su investigación en los tejidos y en las formas la convierten en la artífice de vestuarios que aúnan diferentes ramas del arte. No es una más, es un talento, lo que explica su forma de ser esquiva, tímida y poco amante de los focos. Los maestros de la fotografía de moda como Javier Vallhonrat, Juan Gatti o Ouka Leele se convierten en sus aliados, dejando imágenes que forman parte de la historia de la moda del país. Da el salto a París, Milán y Tokio. Sus clientes se multiplican a la vez que su éxito. Desfila en Cibeles y en 1991 abre tienda en París, donde realiza su último desfile. Luego vendrá la maternidad, el agobio por la creación de colecciones cada seis meses y su decisión de centrarse solo en el mercado asiático, creando en 1983 una línea juvenil y más asequible con adn asiático, Jocomomola. Pierde el control de su firma propia y se centra en el diseño a medida para sus fieles seguidores, creaciones para firmas de la talla de Luis Vuitton, su icónico vestido España, sus negocios en Asia y una firma de diseño sostenible. Hasta que en 2014 anuncia su vuelta con una colección para el verano de 2015, una "pop-up" en Madrid, el lookbook para este invierno y la apertura de atelier propio en Madrid. Sybilla está de vuelta y su historia no ha hecho más que empezar.

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