Javier BLANCO
Rosa María Lobo cumple 50 años en la escena. Sigue peleando con la vida y con la salud, que últimamente le ha jugado malas pasadas. Pero la música, los amigos de profesión y los ajenos a la música le han dado un empujón para celebrar su 50.º aniversario como artista. Se han movilizado voces de su generación de España, casos de Elsa Baeza, Cristina ("Los Stop") y Helena Bianco ("Los Mismos"), para celebrar tal acontecimiento en su honor el próximo 8 de diciembre (19.30 horas) en el auditorio de Oviedo. Y también hay una sólida representación asturiana, con el "Coro Santiaguín", el "Ochote Langreano", la Banda de Gaitas "Ciudad Naranco" y el "Cuarteto Torner", entre un largo etcétera. La gala será presentada por Esmeralda Marugán, Carlos Rodríguez, José Luis San Martín y Esther Fonseca. De tal acontecimiento ya está en marcha un disco con todos los invitados.
-¿Cómo surgió este homenaje en su honor?
-Todo el mundo fue maravilloso al prestarse para actuar en la gala. Es como si entre todos me hubieran levantado. Artistas como Elsa Baeza, Helena Bianco, Cristina de "Los Stop". Todos, desde los más conocidos en España a otros, y, claro, los de Asturias.
-¿Y va a a hacer dúos con todos?
-Digamos que ésa fue una de las maneras de enterarme de la magnitud del homenaje: que me lo solicitaban; me decían: "¡Venga, canta!".
-Es decir, ha sido todo un gesto de compañerismo y lealtad de sus colegas de escenario.
-Eso, este regreso a la vida y a la música me ha levantado. Te salva y te cambia de actitud.
-¿Qué repertorio tiene planteado para la gala?
-Hay tantos invitados que no va a haber tiempo para hacer dúos con todos. Cantaré con Helena, con Cristina... Haremos un popurrí al que bautizamos como "Mixamigas y yo". Por cierto, cantamos una pieza que se llama "Nana de la risa". También interpreto con el "Coro Santiaguín", entre otros muchos invitados. Y luego lo hago en solitario recordando mis 50 años de carrera musical.
-Que empezó... ¿cómo?
-Comencé en "Rumbo a la gloria" (legendario programa asturiano) y luego "Salto a la fama", de TVE. Posteriormente ya fue un largo recorrido desde Madrid; con festivales como la OTI, con Walter Suárez, con mis hijos.
-Echando la vista atrás, ¿cuál es la época más feliz de Rosa María Lobo?
-Me detengo en la etapa en que conocí a Atahualpa Yupanqui, sobre 1968. Fue en Madrid. Comencé a conocer toda su obra y a tocarla con la guitarra. Incluso vino a verme. En esa etapa grabé el primer disco con RCA.
-¿Ahí era Maya?
-Ahí era Maya. A Atahualpa le gustaba cómo lo cantaba. Me acompañaba. Iba a comer con él las patitas de cerdo en la Gran Vía, en un local al lado de Radio Madrid. Pero, como decía también, fueron épocas maravillosas con Walter Suárez y con mis hijos. Vernos juntos en escena... (el recuerdo le produce una intensa emoción). Eso fue maravilloso. Actuamos como cinco años juntos.
-¿Qué importancia le da a los festivales en su carrera?
-En 1968 fue el de Benidorm, en el que estuvo Julio (Iglesias) con "La vida sigue igual" y yo con "La tarde"; recuerdo que dirigía todo aquello León Delestal. La canción de Julio era muy buena, pero la mía iba ganando por dos puntos. Se iban alternando durante las votaciones. La suya, la mía, la mía, la suya... La última que votaba era Asturias y le dieron los diez puntos a Julio Iglesias. Hay que decir que su canción lo merecía. Me dieron un premio especial. Para la OTI, ya como Rosa María Lobo, fui con "Viviré". De la OTI recuerdo que querían que le hiciéramos los coros al Puma, hasta nos llamaron para ensayar, y yo, toda ingenua, dije que no era necesario porque allí había gente muy buena para hacer coros. Al día siguiente salió en la prensa que la española quería boicotear al Puma. Ahí perdí puntos. Fue en 1979 y creo que el 8 de diciembre, el mismo día que se hace la gala de los 50 años.
-Y en tantos años, ¿cómo fue su relación con el público?
-Es lo más bonito, el contacto con el público. Darles lo mejor, darles mucho amor, y siempre responde.
